Washington (Miércoles, 08-01-2013, Gaudium Press) Mientras el clima sigue siendo uno de los temas inevitables para la opinión pública en Estados Unidos a causa de la oleada de frío que afecta principalmente la costa atlántica del país, las agencias católicas de actividad caritativa continúan su trabajo en medio de penalidades especiales.
Las bajas temperaturas en Estados Unidos imponen un mayor trabajo humanitario a la Iglesia. Foto: EJP Photo. |
En la Arquidiócesis de Baltimore, los voluntarios trabajan de manera especial de acuerdo al «código azul» de acción para enfrentar las bajas temperaturas. «Tratamos de traer más personas que puedan trabajar horas adicionales, algunos voluntarios extra, algunos funcionarios que puedan trabajar en nuestro refugio», comentó a CNS Mary O’Donnell, directora de servicios comunitarios en el refugio My Sister’s Place.
Los empleados deben pasar la noche en el lugar para poder garantizar la continuidad de los servicios. «Estamos apretados», comentó O’Donnell. «Pero la gente está usualmente abierta y dispuesta para que las personas sean servidas».La estrategia de este refugio les ha permitido continuar su trabajo de forma continua en los inviernos duros, con un récord de 31 años de servicio continuo, incluyendo la gran nevada registrada en 2010.
En la ciudad de Detroit, otra institución de servicio católica, el comedor Capuchin Soup Kitchen, ha ajustado sus labores a la intensidad del frío. En lugar de limitar su jornada, se amplía el trabajo. Después del desayuno, «le permitimos a las personas quedarse en el edificio», comentó el Hermano Jerry Smith. «La parte dura es la hora del cierre, las 4:30», cuando el religioso debe pedir a los beneficiarios (personas que usualmente no tiene hogar) que dejen el lugar. «Odio hacer eso», lamentó.
Cada mañana, los voluntarios deben llegar hasta las dos sedes del comedor, con gran riesgo de no poder llegar a causa del clima. «En ambos lugares, las personas dicen: ‘La gente tiene hambre, tenemos que llegar'». Las personas que llegan a los comedores, explicó el religioso, tienen grandes necesidades y padecen penalidades para poder acceder a la alimentación ofrecida.
En Macomb County, al norte de Detroit, 30 templos católicos organizan de forma conjunta un equipo de refugio rotante para emergencias, de forma que toman turnos para hospedar de 30a 60 personas cada vez. «Cuando el clima está así, las iglesias les permiten a los huéspedes quedarse todo el día», explicó a CNS April Fidler, directora ejecutiva de la iniciativa. Las parroquias organizan los planes de contingencia según las previsiones climáticas y para la presente situación llevaban preparándose dos semanas. «Esperamos que algunas veces (el mal clima) tome un turno y pase de largo, pero esta vez no lo hizo», declaró Fidler.
En Arkansas, la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Fort Smith abrió sus puertas por el pronóstico del clima frío, y voluntarios ofrecieron la cena y el desayuno a quienes se refugiaron. En la Diócesis de Altoona Johnstown, Catholic Charities aportó elementos de calefacción para familias de escasos recursos y en Bellefonte opera un «banco de combustible» para aliviar esta importante necesidad. Las personas sin hogar que no pueden beneficiarse de otros programas son ubicados en hoteles cuando la temperatura es demasiado baja, mientras se construye un refugio con este fin.
Con información de Catholic News Service.
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