En compañía de albergados y voluntarios, Obispo de Valparaíso celebró Misa de Pascua de Resurrección, en Chile

Valparaíso (Martes, 22-04-2014, Gaudium Press) La tarde del domingo, monseñor Gonzalo Duarte, Obispo de Valparaíso, se trasladó hasta la Parroquia San Juan Bosco, para presidir la Misa de Pascua de Resurrección en compañía de fieles damnificados y funcionarios de diferentes instituciones que han colaborado durante estos días en la reconstrucción de las poblaciones afectadas por el incendio que azotó los cerros de Valparaíso.

En su homilía, el pastor diocesano señaló que «para los que estamos acá, el incendio de Valparaíso nos ha ayudado a descubrir el sentido de nuestras vidas. Este incendió me ha conmovido profundamente. Dios le dio la creación al hombre para que la domináramos, cuidáramos y la pusiéramos al servicio de todos, pero no lo hemos hecho».

Mons. Gonzalo Duarte

«A nosotros el Señor nos ha dado la gran oportunidad de servir, de mirar nuestras vidas en perspectiva del servicio. El próximo domingo será canonizado el Papa Juan Pablo II. Cuando él estuvo en Chile dijo ‘El que no vive para servir no sirve para vivir’ y nosotros hemos tenido un llamado potente al servicio», dijo.

En este sentido, agregó que «el primer servicio que podemos y tenemos que dar es el sentido de la vida y la muerte. Me ha tocado hacer seis funerales de hermanos y hermanas fallecidos en el incendio. Es necesario dar un sentido de que es posible una vida mejor».

Siguiendo con su intervención, el prelado manifestó íntimamente: «Me causó una verdadera angustia este incendio. Gracias a Dios y al trabajo de muchos, ha sido controlado. La gente en su sencillez ha compartido lo que tenían con los jóvenes. He podido sentir la gratuidad de los que han sido ayudados y esto nos ha demostrado que todos somos iguales. ¿Quién es el culpable? Somos todos y el Señor nos está llamando a algo nuevo y hermoso. Tenemos que hacer un Valparaíso de nuevo».

Desde las dificultades, construir una nación de hermanos

En su Mensaje de Pascual, monseñor Duarte expresó a los fieles que «tenemos que aprovechar esta circunstancia para descubrir el sentido de la vida en la onda del servicio. Estamos llamados a construir una nación de hermanos y hermanas. Los jóvenes han entregado lo mejor de sí. Salí temprano a visitar albergues y me encontraba con jóvenes que subían al cerro con sus palas para ayudar».

«Ésta es una ocasión para pensar qué estamos haciendo con nuestras vidas y a qué me llama el Señor en este momento para ayudar a la comunidad porteña», agregó.

En la Santa Misa, junto a las personas damnificadas, también estuvieron presentes representantes de instituciones de la Sociedad civil y Voluntariado, del Estado y de la Iglesia. Al finalizar la eucaristía, el obispo hizo extensiva su gratitud a todas las personas que integran esas instituciones y que han colaborado solidariamente con aquellos hermanos más necesitados.