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Nápoles celebra a San Jenaro y se repite el milagro de su sangre

Nápoles (Viernes, 19-09-2014, Gaudium Press) «San Jenaro está vivo en su sangre (…) y él ama Nápoles», han sido las palabras que pronunció el Cardenal Crescensio Sepe, Arzobispo de Nápoles, al presidir la tradicional ceremonia de la festividad de San Jenaro, Obispo de Benevento y patrono de la ciudad Italiana, en la Catedral donde permanecen sus reliquias, y que este 19 de septiembre fue nuevamente testigo de un fenómeno milagroso que se repite año con año: la licuefacción de su sangre.

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El acontecimiento de la licuefacción de la sangre de San Jenaro está estrechamente ligado con la historia de Nápoles y varios sucesos catastróficos de los que fue prevenida la ciudad / Foto: Paola Magni.

Este acontecimiento, que ya es tradición para la fecha, está estrechamente ligado con la historia de Nápoles y varios sucesos catastróficos de los que fue prevenida la ciudad que tienen relación directa con el milagro de la sangre del santo que se hace líquida, un prodigio que se conoce desde el año 1398 gracias al cronista medieval Chronicom Siculum, quien describió con estupor el fenómenos singular de la licuefacción. Ya a partir el siglo XVI se hace referencia al milagro y a San Jenaro, a quien se le atribuye el haber protegido a Nápoles de las guerras, las pestes y los efectos de catástrofes naturales como la erupción del volcán Vesubio.

Es por estos acontecimientos, que muchos residentes de Nápoles creen que si la sangre no se hace líquida para la festividad de San Jenaro, es signo que alguna tragedia caerá sobre la ciudad. Por lo menos así quedó consignado en la historia en 1980 cuando el milagro no tuvo lugar y ese año un terremoto afectó el sur de Nápoles, que dejó más de 2 mil muertos.

En todos los años de historia de este acontecimiento no se ha dado ninguna explicación científica al fenómeno reiterado de la licuefacción de la sangre, más sí han quedado consignadas varias investigaciones que se realizaron con lareliquia expuesta que se refieren al carácter sobrenatural del suceso.

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La Caterdral de Nápoles resguarda las reliquias de San Jenaro que se hallan en la Real Capilla del Teosoro / Foto: Andrea Tosatto.

De estas exploraciones, también ha llamado la atención de los científicos el hecho palpable que la sangre, en su estado sólido, no ocupa siempre el mismo volumen de la ampolleta donde está contenida, la cual, en algunas ocasiones, llega a ocupar todo el recipiente.

Todos estos datos históricos, así como testimonios de los citadinos napolitanos, hacen que la reliquia de Sangre de San Genaro -resguardada en la Real Capilla que lleva su nombre en la Catedral de Nápoles-, sea todo un tesoro para la ciudad italiana y gran testimonio del santo. «El verdadero tesoro son las reliquias del Santo, signo y testimonio, sobre todo aquella de la sangre prodigiosa, de una fe que se hace concreta en el sacrificio del don de sí por el amor de Dios», escribía en una oportunidad Mons. Vicenzo De Gregorio, Abad de la Real Capilla del Tesoro de San Jenaro.

Es por ello que las celebraciones del santo Obispo iniciaron desde el pasado 18 de septiembre con varios eventos religiosos en la Catedral napolitana, entre ellos la ofrenda del óleo para la lámpara votiva que permanece encendida en la Capilla de San Jenaro, y que este año estuvo a cargo de la Diócesis de Pompei; así como las solemnes vísperas que han tenido lugar a partir de las 18:00 horas y fueron presididas por el Cardenal Crescenzio Sepe, junto con Mons. Tomaso Caputo, Arzobispo de Pomepei; y la veneración de las reliquias del santo

Ya para el 19 de septiembre, se ha llevado a cabo en la mañana la celebración Eucarística y la solemne procesión de San Jenaro, seguida de la cual se procedió a la apertura del cofre que guarda la reliquia de sangre, donde se observó nuevamente el milagro de la licuefacción.

San Jenaro, Patrono de Nápoles, fue Obispo de Benevento Italia. Murió mártir en la persecución de los cristianos durante el reinado del emperador romano Diocleciano.

Con información de Catholic World News y Agensir.

 

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