Lima (Lunes, 22-12-2014, Gaudium Press) Una invitación a poner la mirada en las virtudes de los niños y a tener un corazón como el de ellos en esta Navidad es la que hizo el Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima, el pasado sábado 20 de diciembre en el programa ‘Diálogos de Fe’.
«Los niños tienen la ventaja de que son sencillos, si están molestos, lloran. El niño expresa lo que siente. Somos los mayores los que tenemos a veces hasta cuatro vidas. En este caso es el niño el que nos enseña que es la fiesta. Cuántas enseñanzas podrían hacer los niños, enseñar a no ser mentirosos, egoístas, malcriados, a no odiar. Cuántas veces un niño solo quiere un beso de su mamá», dijo el purpurado en su intervención en el medio de comunicación.
Indicó también que todos debemos imitar la sencillez a ejemplo del mimo Niño Jesús: «Estos tiempos más que nunca pienso que ese Dios es la bondad perfecta, que es la que más nos conoce. Ese Dios dijo: ‘Voy a hacerme pequeño, breve, sencillo y débil para que todos tengan la confianza de acercarse’. Yo les pediría a todos que nos hagamos más sencillos. Dejemos de lado esas malas intenciones y malos deseos. Comprendo que es algo importante las cosas que se discuten pero de alguna manera la presencia de Jesús debe ser de tal magnitud que genere reflexión».
«Cuántas enseñanzas podrían hacer los niños, enseñar a no ser mentirosos, egoístas, malcriados, a no odiar»: Cardenal Cipriani / Foto: Arzobispado de Lima. |
En este sentido, el Cardenal Cipriani dijo que el ser sencillo, pequeño, se expresa dejando el orgullo y dando cabida al perdón, y reconociendo que todos somos hijos de Dios. «Él espera para que perdones a ese amigo, para que dejes de hacer daño, para que dejes de hablar de aquél que está mal o visites al que está solo. Jesús quiere estar ahí, esta es mi reflexión. Todos somos hijos de Dios y no hay más que una dignidad. Somos criaturas de Dios. No hay diferencias de color o diferencias sociales para Él. Todos podrán decir que hay diferencias económicas o políticas, pero ¿vamos a dejar que nos invada el odio y la violencia?, no. Es momento de serenar los ánimos para que Jesús diga sus palabras de paz en la tierra para todos los hombres de buena voluntad», comentó.
Continuando con el tema del perdón, el Arzobispo de Lima aseguró que éste es posible gracias al don de la fe, ya que ella «me hace distinguir lo que no distingue el que no tiene fe».
Al respecto, prosiguió: «Yo puedo por amor a Dios conversar con mi enemigo, yo puedo perdonar al que me quiere hacer daño. ¿De dónde viene esa fuerza?, de Dios. Creo que hay una eternidad. Si no hay esa trascendencia en el tiempo, si me juego todo en esta vida, para el que no tiene fe no hay más. Un católico está jugando un suplementario. Yo creo en la Eternidad, en el Cielo».
Al finalizar su intervención en el medio de comunicación, el Cardenal dejó una tare para esta Nochebuena: «sería muy bonito que a las doce todos, en cuatro palabras, envíen a toda su cadena de amigos el pensamiento que en ese momento tienen del nacimiento de Jesús. Yo creo que puede ser una buena idea. Una invocación especial a un ambiente navideño de mayor confianza y unidad y que la Sagrada Familia bendiga sus hogares».
Con información del Arzobispado de Lima.
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