miércoles, 27 de noviembre de 2024
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"Las personas con discapacidad reflejan los valores más genuinos del ser humano": Obispos españoles ante la Jornada por la Vida

Madrid (Jueves, 26-02-2015, Gaudium Press) El próximo 25 de marzo se conmemora la solemnidad de la Anunciación de Señor, nueve meses antes de la Navidad, en la que recordamos aquel sí que dio María al don de la vida. Para esta fecha la Iglesia en España celebrará la Jornada por la Vida 2015 con el lema «Ha mucha vida en cada vida» dedicándola especialmente a las personas con vulnerabilidad o discapacidad.

Con motivo del evento, los Obispos de España, dese la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida -que preside Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, Obispo de Bilbao-, han dirigido un mensaje a toda la comunidad eclesial y personas de buena voluntad para que se reconozca y defienda el don preciado de la vida humana.

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«Al celebrar la Jornada por la Vida queremos reconocer el don precioso de la vida humana, independientemente de cualquier circunstancia o condición. Toda vida humana es valiosa porque es imagen de Dios (…) para Dios, todos y cada uno de los seres humanos poseen un valor excepcional, único e irrepetible», recuerdan los prelados.

Este año, se ha querido dedicar la «Jornada por la Vida» a las personas con vulnerabilidad o discapacidad. Sobre ello los Obispos se refieren en la misiva: «Algunas personas vienen al mundo con una particular necesidad, vulnerabilidad o discapacidad. Lamentablemente hay quien piensa que esas vidas no merecen la pena y no son dignas de ser vividas. Ello es debido a que se considera que la vida solo merece respeto cuando supera un cierto nivel de ‘calidad de vida'». Esto -continúan-, «muestra la incapacidad de apreciar el valor y la dignidad de toda vida humana, más allá de sus condicionantes, así como una deplorable dosis de autocomplacencia, falsa seguridad y orgullo que termina por minusvalorar o despreciar, aunque sea de modo soterrado o sutil, a la persona débil o enferma».

En este sentido, señalan que las personas con discapacidad «nos muestran la grandeza de su corazón y de su existencia. Reflejan los valores más genuinos del ser humano, que posee un valor infinito con independencia de cualquier condicionamiento físico, psíquico, social o de cualquier otra índole. Son personas grandes capaces de darlo todo, capaces de enriquecer a los demás y capaces de acoger a otros».

Los prelados también hacen un llamado para que todos, la comunidad eclesial, los ciudadanos, se involucren más en la defensa del a vida: «Todos estamos llamados a implicarnos en la defensa de la vida, especialmente de la más vulnerable, débil e indefensa. Debemos construir una verdadera comunidad humana en la que todos nos percibamos como un inmenso don de Dios llamados a cuidarnos los unos de los otros, a socorrer nuestra indigencia con la grandeza de la vida del prójimo y viceversa, en una sinfonía de la caridad, en la que al dar la propia vida y recibir la del prójimo crecemos como personas y edificamos un mundo verdaderamente humano».

Un compromiso a favor de la vida que obliga a cada uno: «Es una responsabilidad propiamente ‘eclesial’, que exige la acción concertada y generosa de todos los miembros y estructuras de la comunidad cristiana. Sin embargo, la misión comunitaria ni elimina ni disminuye la responsabilidad de cada persona».

Finalmente, los Obispos españoles hacen un llamado a la participación social y política en beneficio del bien común: «cada uno de nosotros, las familias como sujetos dela vida social, asociaciones civiles es instituciones, debemos trabajar con audacia, constancia y creatividad para que las leyes e instituciones civiles defiendan y promuevan el derecho a la vida desde su concepción hasta la muerte natural, reformando o derogando aquellas legislaciones injustas (…) y promoviendo iniciativas que defiendan, tutelen y promuevan el derecho a la vida de todo ser humano como fundamento de una sociedad verdaderamente humana».

Con información de la Conferencia Episcopal Española.

 

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