Salvador (Jueves, 28-01-2016, Gaudium Press) El Arzobispo de Salvador y Primado del Brasil, Mons. Murilo Krieger, en su más reciente artículo, escribió sobre el desafío de escribir en los tiempos actuales. En el texto, el prelado afirma que «escribir es exponerse; es presentar las propias ideas y valores», y todavía más en su caso como religioso, representa «presentar el pensamiento de la Iglesia».
Mons. Krieger afirma que «cuando se trata de temas doctrinales, soy fiel al pensamiento de la Iglesia a la que sirvo; en temas discutibles, presento mis puntos de vista, siempre recordando que ‘un punto de vista es la vista de un punto’ «.
«Al escribir, tengo la preocupación de ayudar a mis hermanos en la Fe a responder a la propuesta hecha por otro apóstol, Pedro, el primer Papa: ‘Estad siempre listos para defenderos contra quien pida razones de vuestra esperanza’ (1Pe 3,15). Ese intento de explicitar valores, propuestas y apelos de la religión católica será útil hasta para los que no compartan mi visión religiosa. Dándoles a conocer lo que la Iglesia piensa, lanzo puentes de diálogo. Si no nos conocemos unos a otros, ¿cómo descubriremos las riquezas que tenemos en común? Tal vez hasta nos sorprendamos al percibir que, a veces – o, hasta, ¡muchas veces! -, tales riquezas en común son en mucho mayor número que los puntos en que divergimos», explica.
En vista del panorama de la sociedad actual, considerado por el propio Arzobispo como «triste», «la lección que Jesús nos dio es insuperable: él se hizo uno de nosotros y nos presentó lo que pasó a ser conocido con la palabra ‘Evangelio'», palabra esa de origen griego, que significa «buena nueva», usada antes de la venida de Nuestro Señor Jesucristo.
«En preparación a la llegada de un rey a una ciudad, heraldos lo precedían anunciando la buena noticia: ¡el rey va llegar; prepárense para recibirlo bien! La buena noticia de Jesús es que Dios es nuestro Padre, y un Padre que nos ama infinitamente; fuimos creados para amarlo y, justamente por eso, a amar a nuestro prójimo, que también es su hijo; el perdón es una dimensión esencial en la vida de los que se dicen cristianos; muy próximo del perdón está el respeto al otro. Se puede no concordar con él; se puede hasta presentarle las razones porque no se concuerda; no se puede, entretanto, herirlo en su dignidad ni querer destruirlo porque piensa de manera diferente a la nuestra», prosigue Mons. Krieger.
Finalizando su texto, el Primado de Brasil recuerda nuevamente que «escribir es exponerse; es dar las razones de la propia esperanza; es lanzar puentes; es intentar construir comunión. Escribir puede ser una respuesta al deseo de ser un hermano universal. Desafío difícil y exigente». (LMI)
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