Familias que oran unidas son más felices y viven mejor: revelan estudios

Redacción (Martes, 17-05-2016, Gaudium Press) Diversos estudios científicos han llegado a la conclusión que las familias que oran juntas son más felices, permanecen más unidas y, por ello, viven mejor, confirmando así la conocida frase «familia que reza unida, permanece unida», que acuñó el sacerdote Patrick Peyton y que decía con gran frecuencia San Juan Pablo II. La agencia de noticias Religión en Libertad se tomó en la tarea de recopilar varios de estos estudios.

Uno de ellos fue el que realizó el profesor de psicología de la Universidad Estatal de Dakota del Norte, Estados Unidos, Clay Routledge, quien centró su investigación en los efectos que la oración y la práctica religiosa tiene en las personas, no solo en relación con el alma, sino en la parte física y en las relaciones con los demás y con la sociedad.

«Hay una evidencia que indica que la oración, un comportamiento asociado a la religión, puede ser útil para los individuos y para la sociedad», dice el profesor sobre una pesquisa recogida por la UCCR, que menciona la agencia de noticias.

El Papa Francisco, en una de sus catequesis de los Miércoles en la Plaza de San Pedro, invitó a descubrir la belleza de la oración en la familia, para que rezando unos por otros seamos protegidos por el Amor de Dios / Foto: Catholicphilly.com.

El profesor, tras estudiar los resultados de una lectura científica sobre el tema, comenta que está demostrado que la oración mejora el autocontrol, ayuda a ser pacientes, hace que se sea más tolerante, y trae beneficios para la salud y baja el estrés.

Ligada con esta investigación está la que realizó el Departamento de Sociología de la Universidad de Carolina del Norte basada en los adolescentes. Con el título «Relación de las familias religiosas y calidad de la relación de los padres con adolescentes tempranos», el estudio ofrece varias conclusiones importantes, entre ellas que los niños cuyos padres oran juntos más de una vez al día tienen una mejor relación con ellos, incluso si los menores no han participado de esos momentos de oración.

Otra indagación por esta misma línea, realizada por la Asociación Americana de Psicología sobre Psicología de la Religión y Espiritualidad, habla de la relación positiva que existe entre el aumento de la confianza recíproca y el tiempo que la pareja de esposos dedica a la oración.

Asimismo, también se han demostrado los efectos positivos de la oración en las personas con enfermedades severas y que se enfrentan ante el peligro de la muerte. Como lo aseguró ya el convertido médico y biólogo francés Alexis Carrell, quien fue premio Nobel en Medicina en 1912. Él en uno de sus libros dijo que no se podía comparar la oración con la morfina, porque ella va más allá.

«Los efectos de la oración no son una ilusión. No es necesario reducir el sentido sagrado a la angustia del hombre frente a los peligros que los circundan a frente al misterio del universo, ni tampoco es necesario hacer de la oración una poción calmante, un remedio contra nuestro miedo y el sufrimiento de la enfermedad de la muerte. El sentido sagrado parece ser un impulso proveniente de lo más profundo de nuestra naturaleza, una actividad fundamental, por medio de la oración el hombre va a Dios y Dios entre en él», escribe el médico y biólogo en su libro «La Oración».

El propio Papa Francisco, en una de sus catequesis de los Miércoles en la Plaza de San Pedro, invitó a descubrir la belleza de la oración en la familia, para que rezando unos por otros seamos protegidos por el Amor de Dios.

Con información de Religión en Libertad y Radio Vaticano.