Sídney (Lunes, 08-05-2017, Gaudium Press) El Arzobispo de Sídney, Australia, Mons. Anthony Fisher, escribió un artículo de opinión para el diario Australian Financial Review para exponer la posición de la Arquidiócesis en el debate actual sobre financiamiento público de la educación. En el texto, el prelado negó que la Iglesia busque privilegios para las escuelas católicas. En su lugar, todo lo que pide es un trato justo para estas instituciones.
Mons. Anthony Fisher, Arzobispo de Sídney, Australia. Foto: Arquidiócesis de Sídney. |
«Permítanme ser tan claro como puedo serlo», expresó el Arzobispo. «no existe un ‘trato especial’ con el sector de educación católico y yo no lo defendería». El prelado refutó las críticas a las supuestas «escuelas de élite» que se beneficiarían y advirtió que la limitación de recursos públicos anunciado en un nuevo modelo de educación afectaría a las escuelas católicas ordinarias que «cargan las tarifas más bajas posibles para que las familias más pobres puedan asistir».
Por este motivo, Mons. Fisher declaró: «El sector católico no pide un trato especial: está pidiendo un trato justo». El Arzobispo recordó que los gobiernos australianos han reconocido desde hace mucho tiempo que el sistema de escuelas católicas cumple una función similar al de las escuelas públicas y que por ese motivo merece un apoyo similar. De hecho, los alumnos de las escuelas católicas gastan menos recursos públicos que los de las escuelas públicas, lo que significa una optimización de los recursos. «Y ahora, de la nada y sin absolutamente nada de consulta con el sector católico, el gobierno Turnbull ha decidido que la brecha se hará cada vez mayor con el tiempo», denunció.
Las afirmaciones de las autoridades sobre un aumento de la inversión en educación del 3.7 por ciento no se verían reflejadas en la realidad de las escuelas católicas, según expuso el Arzobispo: «Lo que ya es aparente es que la nueva ‘fórmula de la capacidad de pago’ del gobierno forzará un incremento de tarifas de más de $1000 para un número muy significativo de escuelas católicas – al menos 78 – en sólo Sídney». El aumento de tarifas sería de más del doble para algunas instituciones.
La Iglesia realiza un notable aporte en la educación, asumiendo compromisos como la atención de alumnos con necesidades especiales, refugiados y estudiantes avanzados. El servicio se extiende a escuelas rurales y nuevas comunidades urbanas carentes de oferta educativa. «Permitir que aquellos en el terreno en cada estado y comunidad respondan de una manera ágil a las necesidades a medida que aparecen, asegurar el flujo de la burocracia en apoyo de las escuelas y garantizar un acceso equitativo y asequible a las familias no es una especie oscura de ‘trato especial'», aclaró Mons. Fisher. «Los sistemas de gobierno gozan de esta misma libertad».
Pretender aplicar una solución a todas las escuelas «parece justo a primera vista pero en un examen más cercano trae desventajas serias a las escuelas del sistema católico con bajas tarifas. Y esto significa que golpeará a algunas de las familias más vulnerables que desean acceder a la educación católica», comentó. El prelado pidió que todos los estudiantes y todas las familias reciban las mejores oportunidades, sin privilegiar un sistema educativo por encima de otro, de forma que el interés esté puesto en los mejores resultados para cada niño.
Con información de Arquidiócesis de Sídney.
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