Proyecto caritativo en Filipinas auxilia a los más necesitados, recogiendo "25 centavos"

Manila (Viernes, 06-09-2013, Gaudium Press) ¿Usted ya paró para pensar en la importancia de 25 centavos para salvar una vida? Creado por el Arzobispo Emérito de Manila, Cardenal Gaudêncio Rosales, en el año 2004, el proyecto «Pondo ng Pinoy» ha ayudado a los más necesitados a través de donaciones hechas por las personas que depositan esta pequeña cantidad por día.

Para el Padre Apacible, Vicario foráneo del Vicariato de los Santos Pedro y Pablo de Manila, el proyecto «no es apenas un levantamiento de fondos para los pobres, sino, un modo de vida, un movimiento que nos permite ayudar a nuestros hermanos y hermanas menos afortunados.»

«Este es un modo de vida que nos lleva al cielo promoviendo la cooperación con los otros. El proyecto no es apenas para aquellos que tienen más en la vida, sino incluso para aquellos que tienen tan poco. Todos están autorizados a adherirse a la causa de «Pondo ng Pinoy», resaltó.

Además, según el vicario, «los 25 centavos que damos es, en realidad, una cantidad muy pequeña. Pero cuando nos reunimos todos juntos, podemos proporcionar un gran ayuda a aquellos que están en necesidad.»

El coordinador del «Pondo ng Pinoy», Audy Reginaldo, afirmó que «los pobres llevan a las personas al cielo», y a través del programa de asistencia, ellos están consiguiendo obtener el auxilio de los más ricos y hasta mismo, de los menos favorecidos, que «extendieron sus manos para ayudar a los otros.»

El dictado «una buena acción, no importa cuán pequeña sea, si es hecha muchas veces, acaba por llevarlo al cielo» viene concretizando los objetivos de la fundación «Pondo ng Pinoy», que hasta el momento, consiguió recaudar donaciones suficientes para la construcción de viviendas para las familias más pobres, además de alimentación para millares de niños desnutridos y auxilio en la salud y educación.

«Estamos apenas pidiendo que donen 25 centavos. La lección a ser aprendida a través de esta iniciativa es muy profunda. Ella nos permite obtener una vida dedicada a dar, servir y amar a nuestros hermanos y hermanas pobres. Una vida que es sensible al sufrimiento de los otros «, concluyó Reginaldo. (LMI)

Con informaciones de Asia News