jueves, 28 de marzo de 2024
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Agencia misionera de la Santa Sede publicará reflexiones de Obispo recluido por las autoridades de China

Shanghai (Miércoles, 09-10-2013, Gaudium Press) Las reflexiones de Mons. Thaddeus Ma Daqin, Obispo Auxiliar de Shanghai, serán publicadas por la Agencia Fides, el servicio informativo de las Obras Misionales Pontificias, según un anuncio realizado el 08 de octubre. De esta forma sale a la luz pública la enseñanza pastoral de un prelado a quien los organismos oficialistas chinos pretendieron retirar su título de Obispo y quien permanece recluido en el seminario de Sheshan desde el mismo día de su ordenación episcopal, el 07 de julio de 2012.

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Mons. Thaddeus Ma Daqin, Obispo Auxiliar de Shanghai.

Los textos anunciados por Fides corresponden a una serie de escritos sobre la reciente Encíclica Lumen Fidei del Santo Padre Francisco y corresponden a un trabajo de cuatro capítulos. Los títulos de los apartes son: «La La fe es la felicidad que Dios nos ha donado», «En la fe Lo hemos conocido»; «Nos ha dicho: no tengáis miedo» y «Como Maria lo seguimos con perseverancia». Según la agencia, el objetivo del prelado es «invitar a todos a consolidar la propia fe, invocando la intercesión de la Virgen de Sheshan».

La pesada cruz de la Iglesia en China

El caso de Mons Ma Daqin, recientemente denunciado junto con otras graves violaciones a los derechos humanos ante las Naciones Unidas (ver noticia anterior), es emblemático para la Iglesia en China, ya que su reclusión es producto de la profunda división introducida por la intervención del estado en la vida de la Iglesia. Las autoridades chinas buscan controlar a la Iglesia a través de un organismo denominado Asociación Patriótica Católica China, que vigila los nombramientos y desconoce la autoridad de la Santa Sede. Las graves restricciones a los sacerdotes que no aceptan dicho control generó la división de la Iglesia en las comunidades «oficial» y «subterránea».

Uno de los más graves abusos por parte de las autoridades es la imposición de ordenaciones episcopales ilícitas, que no cuentan con el indispensable mandato del Papa, única autoridad en el mundo que puede designar nuevos Obispos. Cuatro ordenaciones ilegítimas – que acarrean las penas previstas por la Iglesia para estos casos – motivaron una intensa preocupación entre 2010 y 2012, y se temía un nuevo conflicto ante la necesidad de un nuevo Obispo coadjutor en Shanghai.

El nombramiento de Mons. Thaddeus Ma Daqin fue un signo de alivio, ya que el prelado contaba con la aprobación de la Santa Sede y el beneplácito de las autoridades. El sacerdote jesuita ocupaba un cargo en la llamada Asociación Patriótica. Sin embargo, la ordenación misma no estaba exenta de controversia, ya que se preveía la asistencia de un obispo ilegítimo (lo cual constituye una violación de las leyes de la Iglesia) y la pertenencia del nuevo Obispo a la organización oficialista constituía una afrenta a los católicos que padecen dificultades por su fidelidad a la Santa Sede.

Un Obispo detenido

El comportamiento del Obispo Auxiliar en el día de su ordenación episcopal sorprendió a las autoridades y se convirtió en una noticia que dio la vuelta al mundo. Mons. Ma Daqin no sólo consiguió evitar el contacto con el obispo ilegítimo presente en la ceremonia (sobre todo durante el rito de la imposición de las manos), sino que además, en sus palabras de agradecimiento, renunció públicamente a su afiliación a la Asociación Patriótica.

«A la luz de la enseñanza de Nuestra Madre Iglesia, a quien ahora sirvo como Obispo, debo enfocarme en el trabajo pastoral y la evangelización», anunció el prelado a los presentes, entre quienes se encontraban diversas autoridades civiles. «No es conveniente para mí tomar ciertas responsabilidades. Por este motivo, desde este día de consagración, no es conveniente que sea miembro de la Asociación Patriótica». En medio de los aplausos de los fieles, Mons Ma Daqin concluyó: «»Que nosotros seamos uno. ¡Para la mayor gloria de Dios!».

Su decisión, admirada por los creyentes y destacada por los medios de comunicación internacionales, puso de manifiesto los obstáculos que el estado chino impone a la libertad religiosa de los católicos y se convirtió en una valiente demostración de fe. Tras la ceremonia, el Obispo auxiliar fue recluido en el Seminario de Sheshan, a las afueras de Shaghai, despojado de sus vestiduras episcopales e incomunicado para impedir el ejercicio de su ministerio (ver noticia anterior).

Con información de Agencia Fides

 

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