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Ciudad del Vaticano (Jueves, 14-XI-2013, Gaudium Press) «Riial: por una cultura del encuentro en las periferias existenciales», es el tema del encuentro promovido por el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales (PCCS) y el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y animado por el proyecto Red Informática de la Iglesia en América Latina (RIIAL).
El encuentro está organizado en dos días, 14 y 15 de noviembre, con duración de una hora y media, para facilitar la participación y escucha de las realidades presentes en red. Hasta el momento están registrados 140 participantes de 22 países, la mayoría de América Latina. Está dirigido a los responsables de comunicación en sus diócesis, y a grupos y entidades que están ligadas de alguna forma a la comunicación y a los proyectos de evangelización en red.
La convocatoria tiene por finalidad crear una mayor comunicación y participación entre los comunicadores para que puedan emprender acciones comunes en red en pro de la evangelización, alcanzando principalmente a aquellos de las periferias existenciales. La RIIAL también presentará el documento que profundiza el tema de su identidad y misión en los tiempos actuales, como línea maestra de su actuación en la Iglesia.
RIIAL
La Red de Informática de la Iglesia en América Latina (RIIAL) nació a mediados de la década de los 80 y se desarrolla bajo la protección de Nuestra Señora de Guadalupe, el impulso y la animación del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales (PCCS) y del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Surgió para animar, en la Iglesia, el uso de la informática en su comunicación interna y en la evangelización.
A partir del 2007 incorporó, como principios inspiradores de su servicio eclesial de comunicación, las propuestas de la 5ª Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, con el objetivo de inculturar el Evangelio en la cultura digital, manifestando a Cristo Salvador y a los hombres y mujeres que navegan por los nuevos caminos de la información, buscando el sentido y salvación de sus vidas.
Por Cristiane Monteiro, del Pontificio Consejo de Comunicaciones
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