Buenos Aires (Sábado, 11-01-2014, Gaudium Press) En medio de lo que lo que ha sido señalado como una «campaña nacional destinada al retiro de los símbolos religiosos» de las instituciones judiciales en Argentina, un juez, el Dr. Luis María Rizzi, se negó a retirar el crucifijo presente en la sala de audiencias. A través de una carta, el jurista expuso sus motivos: «La Cruz no ofende a nadie, sea o no creyente, ni nadie puede sentirse agredido, inquieto, molesto y menos discriminado por su presencia».
«La Cruz es símbolo de piedad, de consuelo, y de misericordia», afirmó el juez Luis María Rizzi. Imagen: Cristo de la Iglesia de Santa María Novella, en Florencia, Italia. Foto: Eric Parker. |
La comunicación fue dirigida al Dr. Mario Juliano, presidente de la Asociación Pensamiento Penal, organismo que junto a la Asociación por los Derechos Civiles ha liderado el retiro de símbolos religiosos como una pretendida defensa de la neutralidad religiosa del estado. «Acuso recibo de su nota y de la del doctor Onaindia y mi respuesta a vuestra pretensión es la siguiente: no voy a descolgar ninguna Cruz», aseguró el juez.
La Cruz no ofende a nadie
«Tampoco voy a disponer que otro lo haga», advirtió el jurista. «Porque creo en Dios y porque soy católico. Porque tengo reverencia por la Cruz de Cristo, el inocente crucificado por los hombres y el más inocente de los condenados, que representa, además, la fe mayoritaria y la identidad de nuestro pueblo», agregó.
A continuación, el juez desmintió que la presencia de la Cruz pueda significar la violación de algún derecho a los ciudadanos: «La Cruz no ofende a nadie, sea o no creyente, ni nadie puede sentirse agredido, inquieto, molesto y menos discriminado por su presencia», explicó. «Porque contrariamente a lo que ustedes suponen o creen, la presencia de la Cruz es símbolo de piedad, de consuelo, y de misericordia; es símbolo de que quienes se desempeñan frente a ella, tienen temor de Dios, y por ello mismo, inspiran más confianza en que actuarán de acuerdo a la justicia y a la verdad, con buena voluntad y con la máxima imparcialidad».
Auténtica libertad religiosa
El Juez Rizzi pidió, además, interpretar de forma correcta el derecho a la libertad religiosa: «La libertad religiosa que ustedes dicen pregonar y defender, es precisamente para que quienes quieran hacerlo, cuelguen, lleven o exhiban la Cruz, y no para que nos obliguen a quitarla, ocultarla o disimularla», declaró.
«Soy consciente no obstante, de que ustedes están embarcados en una triste misión en la que muy probablemente lograrán los fines que los desvelan», agregó el jurista. Como motivo de su escepticismo destacó la incompatibilidad de la fe cristiana con «este mundo en el que se confunde el bien con el mal, en el que se privilegian supuestos derechos de la mujer a costa del derecho a la vida de los niños; en el que impera la deslealtad, la mentira, la corrupción; en el que ya no interesa la protección de la familia y de la infancia, y se las supone independientes de la protección del matrimonio».
El Juez concluyó su comunicación con un diagnóstico crítico sobre la situación actual del país. «En fin, la Cruz parece no tener más lugar en una nación desolada, ciega y sorda a las leyes eternas que no son de hoy ni de ayer, que huye de la Verdad y de la Belleza, y que se empeña en ignorar y abandonar a Cristo», denunció. «Pero Cristo no nos abandonará, aun cuando repudien y quiten su Cruz».
Con información de AICA.
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