viernes, 29 de marzo de 2024
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La Iglesia debe proclamar la verdad incómoda: Card. O’Malley denuncia el mal del aborto durante Vigilia por la Vida en E.E.U.U.

Washington (Miércoles, 22-01-2014, Gaudium Press) «La Iglesia, con el candor de un niño, debe proclamar la verdad incómoda», exhortó el Cardenal Sean O’Malley, Arzobispo de Boston, durante su homilía en la Vigilia Nacional por la Vida en Washington, Estados Unidos. «El aborto está mal. No matarás». El purpurado denunció la falsedad de los argumentos empleados para defender la práctica legal de abortos en el país y propuso seguir en su lugar el mensaje de la Iglesia, que pide elegir la vida.

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El Cardenal Sean O’Malley, Arzobispo de Boston, durante su homilia en la Vigilia Nacional por la Vida en Washington, Estados Unidos. Foto: LifeSiteNews

El Cardenal comparó la situación actual del país con el relato de «El Nuevo Traje del Emperador», de Hans Christian Anderson. En la historia un emperador es estafado por un vendedor que lo convence de comprar un traje mágico, invisible a sus ojos. Desde entonces, anda desnudo y nadie es capaz de decírselo, por miedo de aparecer ignorante. «Los nuevos ropajes del rey de hoy se llaman derechos reproductivos, terminación del embarazo, libre elección, y muchos otros subterfugios que disfrazan la realidad y la brutalidad del aborto», denunció el Card. O’Malley.

La voz de la Iglesia es, según el Arzobispo, como la voz del niño que se atreve a decir que el rey está desnudo y proponer abiertamente la verdad. «Escoge la vida, ese es el mensaje de la Iglesia», recordó el purpurado, citando el último sermón de Moisés registrado en el libro del Deuteronomio. «Pongo ante ti vida y muerte, bendición y maldición. Escoge la vida, para que vivas, tú y tu descendencia, amando Yahveh tu Dios, escuchando su voz, viviendo unido a Él».

La denuncia profética en favor de la vida

El Cardenal O’Malley también citó al Beato Juan Pablo II para afirmar la contradicción de que el derecho a la vida de los indefensos se vulnere en una sociedad que destaca la protección de los derechos humanos como una de sus prioridades. «¿Cómo podemos reconciliar esas declaraciones con el rechazo a aceptar a aquellos que son débiles y necesitados, o ancianos, o quienes apenas han sido concebidos?», cuestionaba el Beato Pontífice.

«Cuando la Iglesia eleva un grito profético, ‘Elige la Vida’, le hacemos un gran servicio a la sociedad», agregó el Cardenal. «La vida es sagrada. La vida es un misterio. La vida debe ser protegida, alimentada, respetada». El Arzobispo recordó que esta verdad hace parte esencial de la Doctrina de la Iglesia, y que esta protección de la vida hace parte de una visión integral del hombre y la familia. «La transmisión de la vida, la sexualidad y el matrimonio, que es el santuario de la vida, todos son sagrados», explicó.

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Miles de personas se reunieron para orar durante la víspera de la Marcha por la Vida, que lamenta el aniversario de la legalización del aborto en Estados Unidos. Foto: LifeSiteNews.

Esta coherencia ética de la Iglesia contrasta, según el purpurado, con una supuesta defensa de los derechos humanos que no incluye el derecho a la vida. Al extremo individualismo de la Cultura de la Muerte, la Iglesia propone comunidad y solidaridad. Citando las palabras de Papa Francisco, el purpurado denunció que «frecuentemente, se realizan intentos de ridiculizar los esfuerzos de la Iglesia para defender los no nacidos. Se hace intentos de presentar la Doctrina de la Iglesia como ideológica, oscurantista y conservadora. Pero la defensa de la vida no nacida está vinculada estrechamente a la defensa de todos y cada uno de los derechos humanos».

Salvar a las madres

El Cardenal O’Malley propuso enfocar los esfuerzos de la protección de la vida para salvar a las madres, único medio efectivo para proteger a sus hijos. «Cuando ellas experimenten la misericordia amorosa de Dios entonces serán capaces de mostrar misericordia para con sus hijos», explicó. El purpurado hizo un llamado a las millones de personas que han participado o realizado un aborto a aceptar el desafío del Beato Juan Pablo II de comprometerse en favor de la vida para aceptar nuevos nacimientos, cuidar a los niños más necesitados y promover la valoración de la vida humana.

El Arzobispo también pidió que se promueva la alternativa de la adopción, para demostrar que el aborto es un mal que no es necesario. «Necesitamos que las personas escuchen las buenas historias de adopciones», motivó el purpurado, «de madres valientes y familias adoptivas generosas que han provisto verdaderamente una familia amorosa a un niño adoptado». También propuso apoyar a las madres para que puedan salir de condiciones de pobreza y desesperanza, y de esta forma descubran que pueden hacerse responsables de la vida naciente.

El Card. O’Malley concluyó su homilía destacando que esta es la actitud de la Iglesia, frecuentemente malinterpretada o caricaturizada. «Mucha gente piensa en los católicos como gente de ‘no’ – no haga esto, no haga lo otro. En realidad somos la gente del ‘Sí’ – Sí a Dios, Sí a la vida, Sí a la compasión por los pobres y sufrientes, Sí a la solidaridad y la comunidad que nos hace mensajeros de alegría incluso en un valle de lágrimas».

Con información de Salt + Light.

 

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