martes, 19 de marzo de 2024
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De cómo de la contemplación del Sagrado Corazón de Jesús nació la noción de Cristiandad en Plinio Corrêa de Oliveira

Redacción (Martes, 30-08-2016, Gaudium Press) En nota anterior, vimos como Plinio Corrêa de Oliveira había llegado a un amor entrañadísimo al Sagrado Corazón de Jesús por la vía del sentido de las ‘arquetipías’, es decir, buscando ese Ser Absoluto en el que de forma total se encontrasen todas las cualidades que el Dr. Plinio veía en los demás seres.

En el Sagrado Corazón, y desde muy niño, el Dr. Plinio pudo contemplar, místicamente, «una grandeza que contiene todos los abismos de perfección de Él. De manera que Él es grandísimo en la sabiduría al considerar toda la creación y aquello que nosotros podemos llamar el punto alfa de la creación, el punto más alto, que en último análisis, es Él mismo. Porque él es Hombre-Dios, y, en cuanto Dios, está infinitamente arriba de la creación, pero, en cuanto Hombre, Él es el pináculo de toda la creación. Entonces, ¿cómo verlo? Él es la sabiduría, con una seriedad infinita, mirando todas las cosas por sus más altos y profundos aspectos, por la ordenación que ellas tienen entre sí, y amándolas porque son así, por la ordenación que ellas tienen entre sí, y amándolas porque son así, porque deben así». 1

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Un mundo modelado de acuerdo al Sagrado Corazón de Jesús…

Las últimas líneas de arriba desvendan un panorama muy interesante. Al tiempo que por la contemplación el Dr. Plinio llegaba a una concepción global de quien era ese Arqui-Ser llamado Sagrado Corazón de Jesús, él también percibió que Cristo desde su altura contemplaba todo el conjunto de la Creación con amor. Él Corazón de Jesús observa en las criaturas en qué lo reflejan, y eso es contemplarlas por su aspecto más alto y profundo. Podemos decir que la contemplación que el Sagrado Corazón de Jesús hacía de los seres, la hacía ‘al exterior’ y ‘al interior’, a Su Interior, pues los seres creados no son sino participación de su Ser Divino. Como no podía dejar de ser, Jesús alegrándose en la contemplación de los seres, se gloría a Sí mismo.

Entretanto, después de llegar a tener una visión global del Alma sacratísima del Sagrado Corazón de Jesús, el Dr. Plinio hizo lo que podríamos llamar un camino de regreso, o un camino de recoger todas las cosas para ponerlas a la altura del Sagrado Corazón de Jesús. Primero, él quiso ser moldeado por ese Modelo Absoluto.

«Yo noto que al contemplar esa vida que hay en Él, que es un ‘pensar’, un ‘querer’, un ‘sentir’, Él me hace como que tocar con las manos en el ‘pensar’, en el ‘querer’ y en el ‘sentir’ de Él. Y me comunica, con la elevación propia a eso, una rectitud y una santidad del ‘pensar’, del ‘querer’ y del ‘sentir’, que sería como una bebida deliciosa que en la hora de tomarla me agradase sobremanera, pero al mismo tiempo sirviese de remedio para corregirme. Entonces, viéndolo como Él es y adorándolo, cosas erradas en mí se corrigen, y Él me cura de enfermedades de las cuales yo no sabía que padecía». 2 Explica Mons. João Clá, EP, que el texto anterior «muestra que Plinio fue arrebatado desde su infancia y casi tirado del convivio humano para vivir en la contemplación de Dios. Y ese penetrar en el Alma de Nuestro Señor era como un líquido que, más que curar, transformaba y perfeccionaba su alma». 3

Y después de moldear su alma, nacía en el Dr. Plinio el deseo de moldear al mundo según los patrones del Sagrado Corazón de Jesús.

«Junto al Sagrado Corazón de Jesús, analizando la impostación de su Alma [la del Sagrado Corazón], o sea, el conjunto de todo aquello que constituye el espíritu y la mentalidad de Cristo, Plinio encontró las matrices exactas del comportamiento, de la ética, de los gestos, de las actitudes, de las relaciones sociales y hasta de las concepciones artísticas, arquitecturales y políticas. Y si le ocurriese de tener alguna duda, entraba en su iglesia y procuraba la imagen, ¡para conferir en el Alma de Jesús cómo las cosas deberían ser! Por tanto, él tuvo idea de la Cristiandad ya en la más tierna infancia, pues, siendo él el hombre que explicitaría con especial acuidad la necesidad de la sacralización del orden temporal, era comprensible que la Providencia lo preparase para eso, haciendo con que encontrase el modelo en Nuestro Señor Jesucristo», según explica Mons. João Clá. 4

La vida del Dr. Plinio se puede resumir en una lucha épica para que en el mundo vigorase la mentalidad del Sagrado Corazón de Jesús, para que el mundo fuese ‘Cristiforme’.

Por Carlos Castro

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1 Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP. O Dom de Sabedoria na Mente, Vida e Obra de Plinio Corrêa de Oliveira. Vol I – Inocência, o Início da Sabedoria. Libreria Editrice Vaticana – Instituto Lumen Sapientiae. São Paulo. 2016. p. 250
2 Ibídem. p. 257
3 Ibídem. p. 258
4 Ibídem. p. 267

 

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