viernes, 26 de abril de 2024
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Cardenal defiende derecho de despedir empleados contrarios a la doctrina de la Iglesia

Washington (Martes, 12-01-2016, Gaudium Press) En un artículo titulado «Al servicio de la Verdad y el Amor de Jesucristo», el Arzobispo de Washington, Estados Unidos, Cardenal Donald Wuerl, explicó a la opinión pública el derecho que tiene la Iglesia de seleccionar a los empleados de sus instituciones de manera que puedan dar testimonio de la doctrina y enseñanza católicas. «Si alguien persiste y efectivamente insiste de que tiene la razón y que la Iglesia está equivocada, ante una diferencia tan irreconciliable, no es discriminación ni castigo decir que un servicio ministerial continúo no es posible», aclaró el purpurado. «No es una cuestión de actividad personal privada, sino la consecuencia social de la conducta que socava la habilidad de la Iglesia para cumplir su misión».

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Cardenal Donald Wuerl, Arzobispo de Washington, Estados Unidos. Foto: The Compass.

El Card. Wuerl hizo referencia a recientes casos publicados en los medios de comunicación en los cuales instituciones de la iglesia como las escuelas católicas han tenido que pedir la renuncia de algunos funcionarios públicamente en contra de la doctrina de la Iglesia. El Arzobispo calificó como desafortunado el desenlace de estos casos, en los cuales la Iglesia se ve obligada a actuar de esta forma a pesar de conservar una disposición de misericordia hacia quienes viven en contradicción de su doctrina.

Casos sin salida

«Primero, cualquier persona que lucha al tratar de vivir de acuerdo a la verdad revelada de la enseñanza católica debería saber que la Iglesia reconoce su dignidad como creatura de Dios y que esa persona no necesita enfrentar los desafíos de la vida lejos de la gracia del Señor y de su Iglesia, la cual busca solamente el más elevado bien para todos», comentó el Cardenal. Si bien la iglesia reconoce que todas las personas son pecadoras, cuando se presentan fallas «se espera de nosotros reconocer nuestros errores y buscar enmendar nuestras vidas en Cristo». El problema surge cuando una persona desiste de corregir su actitud y en su lugar enfrenta a la Iglesia y a la fe. «Donde hay potencial de escándalo que pueda desviar a la gente con respecto a la fe católica, el servicio continuo se hace imposible».

El Arzobispo recordó que «el propósito de nuestras parroquias escuelas, ministerios y otras entidades católicas, y la tarea de aquellos que trabajan para ellas, es llevar a la gente a Jesús». Esta tarea es llevada a cabo en un contexto en el cual la cultura secular está en contradicción a la doctrina de la Iglesia en varios asuntos, como lo son la definición del matrimonio y la familia, el bien común y el bien y el mal objetivos. Quienes desempeñan esta misión «tienen una responsabilidad especial de respetar nuestra identidad católica y evitar el comportamiento que contradiga la misión misma de la institución católica», recordó el purpurado, quien afirmó que los creyentes tienen derecho a recibir una enseñanza auténticamente católica, lo cual incluye un testimonio coherente.

Proteger la Iglesia de Cristo

«Todos estamos al servicio de la misión de Cristo y particularmente para aquellos en posiciones a ministeriales, nadie puede reclamar el derecho de trabajar simultáneamente para la Iglesia y contra su doctrina», agregó el Card. Wuerl. «La Iglesia no sólo debe ser libre para tomar acciones correctivas: tiene una obligación en caridad y verdad de hacerlo». Por este motivo, el purpurado afirmó que la Iglesia no pide un privilegio especial sino el reconocimiento de sus características, las cuales son análogas a la de otro tipo de asociaciones que únicamente retienen a las personas que con fidelidad sirven sus intereses e ideales.

Además de estos derechos comunes, la Iglesia también puede invocar la libertad de religión para decidir quiénes son aptos para desarrollar los ministerios católicos. «La Iglesia a la que servimos no es nuestra, sino de Cristo. La más grande misericordia de la Iglesia es ser testigo fiel de su verdad y de su amor», concluyó el Cardenal. «Esto es precisamente a través del testimonio de una enseñanza auténticamente católica, la cual es la verdad revelada del Evangelio, en la cual los feligreses en las bancas, los jóvenes en nuestras escuelas, las personas que reciben el servicio de nuestros ministerios de caridad y el mundo en general encontrarán la salvación».

Con información del blog personal del Cardenal Donald Wuerl.

 

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