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Nace Clara en Montefalco, en la Umbría italiana, por vuelta del año de 1268.
Redacción (17/08/2020 07:24, Gaudium Press) Nace Clara en Montefalco, en la Umbría italiana, por vuelta del año de 1268. La hermana de Clara, Giovanna vivía como ermitaña. Cuando clara tenía alrededor de 6 años, el obispo de Spoleto permite que Giovanna reciba a más hermanas, y Clara entra a la Tercera Orden de San Francisco.
En 1290, Clara, además de Giovanna y sus compañeras, quieren volverse monjas en sentido estricto. El obispo destina que el lugar donde estarán será la ermita ampliada en Montefalco, y les da la regla de San Agustín. Santa Clara de Montefalco hace los tres votos.
La primera abadesa del convento será su hermana Giovanna. El 22 de noviembre de 1291 Giovanna muere, y Clara es elegida abadesa, a contragusto.
En 1294, durante la celebración de la Epifanía del Señor, y tras declarar sus pecados delante de sus hermanas de vocación, entró en éxtasis y así se mantuvo por varias semanas. Sus hermanas religiosas solo le daban como alimento agua azucarada. Mientras estaba en éxtasis, Clara, tuvo una visión, y también dice que fue juzgada por Dios.
Jesús en el corazón
Clara contó que vio al Señor como un pobre viajero. Trató de detener a Jesús y le preguntó “Mi Señor a donde vas?” y Jesús le respondió: “He buscado en todo el mundo un lugar fuerte donde plantar esta Cruz firmemente y no lo he encontrado”. Clara observó la Cruz y después de que Cristo le hizo saber que quería alguien que la ayudara a cargar, le dijo a la monja: “Clara, he encontrado el lugar para mi Cruz aquí. He encontrado finalmente alguien a quien pueda confiar mi Cruz” y el Señor implantó su Cruz en su corazón.
Santa Clara sintió entonces un intenso dolor, en todo su ser, y vivió con esa cruz por siempre. Las otras religiosas no percibían sin embargo los dolores de Santa Clara.
Corría el año de 1303, y Santa Clara pudo construir una iglesia en Montefalco, que era no solo la capilla para las religiosas, sino la iglesia del lugar. La primera piedra fue bendecida el 24 de junio de 1303 por el obispo de Spoleto y aquel día la iglesia fue dedicada a la Santa Cruz.
Durante 16 años Santa Clara fue abadesa. La reputación de santidad y los milagros, hacían que continuamente personas fueran a visitarla. Hace su última confesión el 17 de agosto de 1308 y al día siguiente muere.
Fue canonizada por León XIII el 8 de diciembre de 1881, fiesta de la Inmaculada Concepción.
El Corazon de Santa Clara de Montefalco
Tras su muerte su corazón fue extraído de su cuerpo, y se certificó que tenía los instrumentos de la pasión de Cristo: un crucifijo, 3 clavos, la corona de espinas y un látigo; estas figuras las formaban los tejidos cardíacos.
Pero el vicario del obispo de Spoleto no creía, y viajó a Montefalco para revelar el fraude. Hizo que una comisión hiciera la investigación, pero justamente, se descartó la posibilidad de engaño.
El crucifijo encontrado en el corazón es del tamaño de un pulgar, la cabeza de Cristo esta inclinada hacia el lado derecho, su cuerpo es blanco con excepción de “la pequeña abertura en el costado derecho que tenia un rojo intenso”. El látigo y la corona de espinas son, aparentemente formados por fibras nerviosas y los 3 clavos están formados por una tela de fibras oscuras.
Su cuerpo está incorrupto. El corazón está dispuesto para la veneración en la iglesia de Santa Clara en Montefalco. El cuerpo de la Santa está bajo el altar mayor de esta iglesia.
Con información de Catholic.net
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