lunes, 25 de noviembre de 2024
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Orar, pedir a Dios, es algo que nunca deja indiferente el Corazón del Creador

Francisco continuó sus catequesis sobre la oración, esta vez sobre la oración de petición.

Papa 1

Redacción (09/12/2020 08:22, Gaudium Press) Continuando sus catequesis sobre la oración, el Papa hoy trató acerca de la oración de petición.

Modelo de esta oración es el Padrenuestro, en el que el fiel le presenta sus necesidades al Padre con confianza filial.

En esta oración maravillosa el implorante pide a Dios cosas sublimísimas, como la venida de su reino; cosas sencillas pero también necesarias, como el pan de cada días, petición esta que incluye todas las cosas menudas que los hombres necesitamos para vivir, pero también la Eucaristía, alimento del alma.

A veces creemos que no necesitamos nada, somos autosuficientes. Pero esta ilusión tarde o temprano “se desvanece”, y en esas situaciones “aparentemente sin escapatoria”, queda como única salida la oración. Y la oración abre destellos de luz en la más densa oscuridad.

“Ora toda la creación”, dijo el Papa citando a Tertuliano. “Oran los animales domésticos y los salvajes, y doblan las rodillas y, cuando salen de sus establos o guaridas, levantan la vista hacia el cielo y con la boca, a su manera, hacen vibrar el aire. También las aves, cuando despiertan, alzan el vuelo hacia el cielo y extienden las alas, en lugar de las manos, en forma de cruz y dicen algo que asemeja una oración”.

Los hombres sin embargo rezamos “conscientemente”.

Por tanto, no se debe “tener vergüenza” de rezar, de pedir, de decir “Señor, necesito esto”, “Señor, tengo esta dificultad”, “¡Ayúdame!”: estos gritos, estos pedidos, llegan al corazón de Dios, que es Padre.

Sin embargo, rezar es algo que debemos hacer en los momentos felices, no solo en los malos, pues no debemos dar “nada por descontado o por debido”, dado que “todo es gracia”, gracia de Dios.

La oración es casi una tendencia natural que brota del corazón humano. Se puede acallar esta tendencia por un tiempo, pero un día despierta y grita.

Dios responderá

Dios nunca permanece indiferente a la oración. Hoy o mañana “Dios responderá”, dijo el Papa, pues “no hay orante en el Libro de los Salmos que levante su lamento y no sea escuchado: Dios responde siempre”

Esto porque el Padre “quiere donarnos su Espíritu, que anima toda oración y lo transforma todo”. Es solo cuestión de paciencia, de “soportar la espera”.

Pero Dios no sólo espera nuestra oración, sino que también la inspira, la suscita. Es cierto que cuando en el corazón hay mucho ruido del mundo “muchas veces no nos damos cuenta de que el Señor está cerca, que llama a nuestra puerta y lo dejamos pasar”.

Pero debemos estar siempre en comunicación con Dios y a su “espera”.

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