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Este Papa ayudó al reconocimiento de la autoridad pontificia.
Redacción (11/12/2020 09:19, Gaudium Press) San Dámaso I, Papa, quien gobernó a la Iglesia del 366 al 384, sube al Pontificado en medio de luchas contra una facción opuesta.
Parece que el poder civil apoyó al partido de San Dámaso, no sin gran crueldad. Pero San Dámaso no tuvo nada que ver en ello.
En una época en que ya había mundanismo y lujo excesivo en la corte romana, San Jerónimo, que era secretario de San Dámaso, no le reprochó nada de ello, demostrando así su virtud.
En el año 380 los emperadores Teodosio I en Oriente y Graciano en Occidente, proclamaron que el cristianismo como era practicado por los obispos de Roma y Alejandría, era la religión del imperio. El poder civil iba reconociendo el primado de Pedro.
Por su parte San Dámaso hizo algo fundamental en el reconocimiento de la autoridad papal, estableciendo que la comunión con el obispo de Roma era esencial para reconocerse católico, y para que un obispo fuera legítimo.
Tal vez su principal obra fue fomentar el estudio de las Escrituras, el revisar sus textos, y promover su traducción a la lengua popular, que era el latín, trabajo encargado a San Jerónimo.
Pero como a todos los papas de esos tiempos, también le tocó combatir las herejías, particularmente el arrianismo.
Exaltó a los mártires, haciendo que se grabaran sus títulos en piedra, en lápidas, y se dedicó personalmente a que fueran identificadas sus tumbas.
Y él mismo no quiso ser enterrado junto a los mártires, por considerarse indigno. En la cripta de los Papas, en las catacumbas de San Calixto, hizo escribir: “Aqui, yo, Dámaso, desearía fueran enterrados mis restos, pero temo turbar las piadosas cenizas de los mártires”.
Fue enterrado junto a su madre y hermana en una tumba que él había preparado. Luego sus restos fueron trasladados a la Iglesia de San Lorenzo.
Con información de la Vida de los Santos de Butler y la biografía del P. Amo en Catholic.net
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