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Parece que solo tiene poder de veto. Analistas advierten del peligro de una Iglesia nacional china.
Redacción (16/02/2021 10:41, Gaudium Press) Bitter Winter, medio especializado en China, ha traducido las “Medidas Administrativas para clérigos religiosos” establecidas por el Estado, que entrarían en vigor el 1 de mayo.
De acuerdo a esas nuevas reglas, la Asociación Católica Patriótica China, entidad estatal, seleccionará los candidatos al episcopado en el país. Y entonces los candidatos serán “aprobados y consagrados por la Conferencia de Obispos Católicos de China”.
Que el Estado Chino no reconozca explícitamente la jurisdicción de la Santa Sede para elegir obispos, es algo delicado. Consagrar obispos sin autorización pontificia es causa de excomunión latae sententiae, como se ha visto en el pasado.
Según comentan diversas fuentes, en el acuerdo secreto Sino-Vaticano del 2018, tanto las autoridades chinas como la Santa Sede estarían implicadas en el proceso de selección de obispos. Pero las “Medidas Administrativas” no revelan la participación vaticana.
El peligro de una Iglesia nacional china
La no mención de la intervención vaticana en la elección de obispos en China coincide con toda la política del gobierno comunista, de evitar cualquier tipo de influencia religiosa extranjera, e incluso cultural. Algo que no condice con el carácter de la Iglesia Católica, que es también Romana.
En octubre fueron designados dos obispos chinos bajo “el marco regulatorio establecido por el acuerdo” sino-vaticano, según un diario vaticano. Y en noviembre otro. Pero se desconocen los detalles de esa participación de la sede romana.
Afirman algunas fuentes que el proceso de escogencia se da así: la Iglesia de China estatalmente sancionada (CCPA) y la Conferencia Católica de Obispos de China, escogen los obispos y envían esa información a la Santa Sede, la cual solo tendría el poder de veto.
Tras la deriva doctrinaria que está teniendo buena parte del episcopado alemán en el marco del sínodo que ocurre en el país, analistas temen que ahora la forma de escogencia de los obispos en China favorezca la conformación de una ‘Iglesia nacional china’, independiente de Roma, dada también la constante hostilidad de las autoridades comunistas hacia el catolicismo.
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