miércoles, 27 de noviembre de 2024
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Santa Cunegunda, siendo emperatriz, hizo muchas fundaciones. Y después, se fue de monja

Santa Cunegunda era esposa del emperador San Enrique II.

San Enrique y Santa Cunegunda 2

Redacción (03/03/2021 07:04, Gaudium Press) Hoy es el día de una Santa que fue emperatriz, y también religiosa, Santa Cunegunda.

Santa Cunegunda nace en Alemania en el año 980, hija de Sigfrido de Luxemburgo, y destinada a la más alta dignidad humana, pues se casó con el duque Enrique de Baviera, que sería el futuro emperador San Enrique II.

Algunos autores dicen que en el momento del matrimonio hicieron voto de virginidad; lo cierto es que no tuvieron descendencia.

Muere Otón III y Enrique es elegido rey de romanos (emperador). En 1013 va San Enrique y Santa Cunegunda a Roma a recibir la corona imperial de manos de Benedicto VIII.

A ruegos de su esposa, el emperador Enrique funda el monasterio y la catedral de Bamberg, que fue personalmente consagrada por el Papa Benedicto VIII. La emperatriz apreciaba mucho esa ciudad.

Enferma Santa Cunegunda, hace voto de si es curada fundar un convento en Kafungen de Hesse, cerca de Cassel. Ella recupera la salud y cumple su voto.

Unas marcas inexplicables

Escoge como superiora de ese nuevo convento a una sobrina que quería mucho, Judit. Pero Judit era relajada, frívola, llegaba la última a los oficios y un día, en lugar de asistir a la procesión dominical, prefiere la conversación con religiosas jóvenes.

Se entera Santa Cunegunda, la reprende fuertemente, y la abofetea. Las marcas de los dedos de la santa quedaron, inexplicablemente, impresas en las mejillas de Judit hasta la hora de su muerte, y esto fue ocasión de la conversión de la joven abadesa Judit y de edificación de toda la comunidad.

Pero el emperador vino a morir. Y en 1024, día de aniversario de la muerte de San Enrique II, invita a numerosos prelados a la dedicación (inauguración) de la iglesia que había construido en Kafungen, y después del canto del Evangelio, Santa Cunegunda deposita en el altar una reliquia de la verdadera cruz, cambia sus vestiduras de emperatriz por el hábito religioso y recibe el velo de manos del obispo de la ciudad.

La emperatriz se había convertido en monja, y quería ser la última de las monjas. La oración y la lectura eran sus principales tareas, pero también las obras de caridad, particularmente consolar enfermos.

Muere el 3 de marzo de 1033.

Su cuerpo es sepultado en Bamberg, junto al de San Enrique, su esposo.

Con información de El Testigo Fiel 

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