lunes, 25 de noviembre de 2024
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El Papa trató sobre los ‘enemigos’ de la oración

Francisco recordó en la Audiencia General que no siempre se experimenta gozo cuando se reza.

Papa audiencia general 1

Redacción (12/05/2021 08:26, Gaudium Press) En su catequesis de la Audiencia General de hoy, realizada en el patio de San Dámaso, y siguiendo la secuencia de enseñanzas sobre la oración, el Papa ha recordado que no siempre se experimenta gozo cuando se reza. En esta audiencia el Papa retomó el contacto con los fieles.

Algún santo la ha llevado adelante durante años sin sentir ningún gusto, sin percibir la utilidad” ha expresado el Papa.

El silencio, la oración y la concentración “son ejercicios difíciles, y alguna vez la naturaleza humana se rebela”. “Preferiríamos estar en cualquier otra parte del mundo, pero no ahí, en ese banco de la iglesia rezando”.

Los enemigos de la oración

El Papa, siguiendo el Catecismo de la Iglesia Católica ha repasado los enemigos que tiene la oración.

Por ejemplo, la duda explícita o no, de que la oración “pueda alcanzar verdaderamente al Omnipotente”. Otros “sospechan que la oración sea una mera operación psicológica; algo que quizá es útil, pero no verdadera ni necesaria: se podría incluso ser practicantes sin ser creyentes”.

Esos enemigos de la oración, que son sobre todo internos: “Desaliento ante la sequedad, tristeza de no entregarnos totalmente al Señor, porque tenemos ‘muchos bienes’, decepción por no ser escuchados según nuestra propia voluntad; herida de nuestro orgullo que se endurece en nuestra indignidad de pecadores, difícil aceptación de la gratuidad de la oración, etc.”.

Contra todos estos enemigos debemos también pedir la gracia de Dios, y mantener la certeza de que Jesús siempre está con nosotros, auxiliándonos también para perseverar en la oración.

El Papa contó la historia de un padre que fue hasta la Basílica de Luján, en la Argentina, para pedir por su hija, que tenía una enfermedad incurable. Cuando llega, ya era tarde y encuentra la Basílica cerrada pero se queda toda la noche en oración ante las rejas de la Basílica. Al otro día entra a la iglesia, reza y cuando llama a su esposa, esta le cuenta que su hija está curada: “Lo he visto, la oración hace milagros”.

Con información de Vatican News

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