lunes, 25 de noviembre de 2024
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La salud del Papa: una revisión

Austen Ivereigh reseñó el libro La Salud de los Papas – Desde León XIII hasta Francisco.

Papa Francisco

Redacción (29/05/2021 17:18, Gaudium Press) En columna publicada en The Tablet el pasado 26 de mayo pasado, Austen Ivereigh, uno de los más autorizados biógrafos de Francisco, reseña la parte correspondiente al Pontífice reinante del libro de Nelson Castro La Salud de los Papas – Desde León XIII hasta Francisco, publicado a instancias del propio Pontífice, quien le dijo al autor que iniciara la obra en una audiencia en la Plaza de San Pedro en octubre de 2017. El Papa le concedió a Castro una entrevista para tal efecto.

Se deshacen muchos mitos sobre la salud del Papa en esta obra; y se cuentan cosas interesantes.

Una, sobre su supuesta debilidad pulmonar o respiratoria. Francisco nunca ha tenido que cancelar una actividad por esa razón.

Todos los interesados lo saben: Cuando tenía 21 años Jorge Mario Bergoglio sufrió una delicada intervención en la que se le extirpó parte de un pulmón. Pero “la recuperación fue completa”, contó el Pontífice a Castro. Y más: el Papa refirió que en los últimos años los doctores habían notado algo singular. “Su pulmón derecho había crecido detrás hasta cubrir el hemitorax lateral, al punto que sería difícil identificar la operación que había sido realizada”. Esto explicaría cosas cómo que en su visita a La Paz, en el año 2015, sufrió menos de soroche que muchos de los periodistas que lo acompañaban.

Su verdadera afectación física son los problemas de columna, que le ocasionan el dolor en el nervio ciático, el cual alcanzó ‘fama mundial’ cuando se hizo notoriamente visible en el reciente viaje a Irak. Pero sobre este tema, también hay anécdotas importantes en el libro de Castro.

Se le hizo una revisión médica general

Cuando Francisco ascendió al pontificado se le realizó una revisión médica general que incluyó radiografías de su columna vertebral. Su médico envió estas radiografías a un especialista, sin decir quien era el paciente, para que diera su veredicto.

El especialista dictaminó que el poseedor de esa columna estaba en una condición muy grave y probablemente en silla de ruedas. Cuando tuvo conocimiento del carácter papal de su paciente anónimo, quiso revisar personalmente a Francisco, lo que le fue permitido. Concluyó que los músculos para-vertebrales se habían fortalecido a lo largo de los años hasta el punto en que habían sujetado la columna vertebral y habían evitado un colapso. Pero eso no ha sido fruto del acaso, sino que lo ha logrado con fisioterapia regular, que aún recibe dos veces al mes. Como consecuencia de esta disciplina, rara vez sufre mucho dolor.

En líneas generales el Papa es bastante robusto.

Se equivocan los que relacionan cierto bamboleo que presenta al caminar con la ciática. Algo que tal vez sea menos famoso que esos dolores es que el Papa tiene el pie plano, problema que se ha acrecentado con el paso de los años; pero el Pontífice ha resistido una operación.

En el libro de Castro también se abordan las que en su momento suscitaron elevado interés visitas del Papa a una psiquiatra psicoanalista, cuando tenía 42 años. Contó el Pontífice a Castro que más que psicoanalista era siquiatra esta mujer judía. La razón de los encuentros fue el manejo de la ansiedad que le producía llevar personas buscadas por los militares a un lugar seguro fuera del país: “Imagínese lo que es conducir con alguien escondido en tu auto, cubierto solo con una manta, a través de tres retenes alrededor del Campo de Mayo”, dijo el Papa a Castro, refiriéndose al vasto cuartel general militar cercano al Colegio Jesuita Máximo en San Miguel, donde se radicaba el ahora Pontífice.

A las neurosis, hay que acariciarlas, porque son compañeras de toda la vida

La psiquiatra le enseñó técnicas de afrontamiento, para evitar tomar decisiones mientras experimentaba esos accesos de temor. Las lecciones permanecen hasta hoy.

Hay que prepararles a tus neurosis una buena taza de té (cebarles mate), y también acariciarlas”, bromea el Papa. “Son tus compañeros de toda la vida”. Ante asuntos que lo pueden poner ansioso, suele escuchar Bach.

¿La oración le proporciona un alivio que otros hallan en la psicoterapia?, le pregunta Castro al Papa.

La oración para mí es más que eso, porque pone a una persona en otra dimensión”, contestó Francisco. ¿Es la oración curativa? “La oración permite que Jesús entre en nosotros”, dice. “Y eso siempre es bueno”.

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