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En la Asamblea episcopal de verano no se hablará de si hay que negarle la comunión a Biden. Si hay lineamientos para un documento de catequesis sobre la eucaristía.
Redacción (11/06/2021 17:05, Gaudium Press) Que no se preocupen en demasía aquellos que quieren preservarle la comunión al presidente abortista Joe Biden: no será ese un punto de discusión en la próxima Asamblea de verano de la Conferencia Episcopal de los EE.UU., que será virtual e irá del 16 al 18 de junio.
Eso sí, se debatirá si es del caso comenzar a redactar un documento de catequesis sobre la eucaristía (absurdo oponerse a ello), y se planteará la necesidad-posibilidad de una empresa de más envergadura, la de un trienio de iniciativas de Resurgimiento Eucarístico (absurdo oponerse a ello, teniendo en vista el desconocimiento de muchos católicos sobre fundamentales realidades eucarísticas).
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Mons. Andrew Cozzens, director del comité de evangelización del episcopado, estará encargado de la presentación de la iniciativa.
Las consultas constataron una inspiración de lo alto
“Percibiendo un llamado del Espíritu Santo para este avivamiento desde nuestra consulta, proponemos un movimiento nacional de resurgimiento eucarístico de tres años, a partir del verano de 2022”, afirma el comité en su propuesta. Se plantea la realización de un Congreso Eucarístico Nacional en 2024, con el objetivo de “formar y enviar más de 100.000 misioneros de la Eucaristía a las diócesis y parroquias de nuestro país”. La propuesta convoca movimientos eucarísticos a nivel parroquial y diocesano.
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Tras las palestras del Nuncio Apostólico Mons. Pierre, y del presidente del episcopado Mons. Gómez, los obispos abordarán temas como dos causas de canonización, la aprobación de traducciones litúrgicas, una declaración sobre el ministerio Nativo Americano, marcos pastorales sobre matrimonio y familia y jóvenes y adultos jóvenes, y, sí, también la oportunidad de iniciar el borrador de un documento sobre la eucaristía.
Ya hay una propuesta sobre este documento, que incluye tópicos acerca de la eucaristía como sacrificio, rescatar el domingo como día santo, la creencia en la presencia real, la importancia de la adoración eucarística, y por supuesto, la necesaria buena y digna disposición para recibir la comunión.
Y si al final en este último punto al presidente Biden le cae el guante, pues que bien se lo chante. El tema de la eucaristía es vital, dada además la ignorancia constatada entre los católicos americanos en este asunto esencial. No sería posible el descuido sobre tamaño problema, pues ya sabemos que la Iglesia vive de la eucaristía. (Gaudium Press / Saúl Castiblanco)
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