viernes, 29 de noviembre de 2024
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Tradición marca la fiesta de la Preciosa Sangre de Cristo en Tierra Santa

Durante la celebración, la piedra de la agonía, sobre la que Jesús oró la noche que fue entregado, es cubierta de pétalos de rosas rojas, recordando la sangre que derramó por nosotros.

Preciosisima sangre de Cristo 3

Redacción (02/07/2021 16:06, Gaudium Press) El Vicario de la Custodia de Tierra Santa, Padre Dobromir Jasztal, presidió, el pasado jueves 1 de julio, la fiesta de la Preciosísima Sangre de Cristo. La celebración tuvo lugar en la Basílica Católica de la Agonía, ubicada en el Monte de los Olivos, en el antiguo huerto de Getsemaní.

Pía tradición de los pétalos de rosa

El templo conserva en su interior la piedra de la agonía, sobre la que, según la tradición, rezó Nuestro Señor Jesucristo la noche que fue entregado a Pilatos. Esta misma piedra, durante la ceremonia litúrgica, se cubre con pétalos de rosas rojas, recordando la sangre que Jesús derramó por nosotros.

Estos pétalos son recogidos al final de la celebración por los fieles y religiosos presentes, quienes los llevan a sus hogares, donde continúan meditando en la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

Preciosisima sangre de Cristo 2

Getsemaní y Calvario: lugares marcados por la presencia de la sangre de Cristo

Durante su homilía, el padre Dobromir Jasztal afirmó que la sangre en las Sagradas Escrituras se presenta como un elemento importante para la vida. “Muchas veces, Dios ordena que no se derrame sangre, no se beba, ni se coma la carne de animales que todavía contienen rastros de sangre. Porque la sangre es vida, la sangre es sagrada ”, resaltó.

Getsemaní y el Calvario son los dos principales lugares de Tierra Santa que estuvieron marcados por la presencia de la sangre de Cristo y donde los fieles pueden meditar y traducir en obras el sacrificio de Cristo en la vida cristiana.

Al abordar el perdón obtenido por la Preciosísima Sangre de Cristo, el sacerdote explicó que “quienes han recibido la misericordia de Dios están llamados a retribuir su amor a Dios, practicando la misericordia ilimitada hacia sus hermanos, porque el perdón fraterno es consecuencia de la misericordia y el perdón de Dios que hemos recibido ”. (EPC)

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