domingo, 24 de noviembre de 2024
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¿Ya ha sido revelado el ‘Secreto de María’? Sí, pero no todo… – III Parte

Mons. João Clá muestra que a través de la esclavitud mariana, es la propia vida divina trinitaria la que fluye hacia los esclavos de la Virgen.

Nuestra Senora y el Nino 3

Redacción (11/07/2021 07:59, Gaudium Press) En notas anteriores nos hemos introducido en el ‘Secreto de María’, término acuñado por San Luis María de Montfort para referirse a un tipo de relación con María Santísima, novedoso, que daría como fruto precioso los que él llama apóstoles de los últimos tiempos: “¿Quiénes serán esos servidores, esclavos e hijos de María?”; serán, “los verdaderos apóstoles de los últimos tiempos, a quienes el Señor de las virtudes dará la palabra y la fuerza para obrar maravillas”. Gigantes de Dios, “sacerdotes libres de vuestra libertad, desapegados de todo”, serán “fuego encendido (Sal 104 [103],4; Heb 1,7), ministros del Señor que prenderán por todas partes el fuego del amor divino”.

Llega a afirmar el Santo de Montfort que serán como cedros del Líbano en comparación a arbustos, de los tiempos anteriores.

Afirmábamos, – repitiendo lo expresado por Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP en su espléndida obra ¡María Santísima! El Paraíso de Dios revelado a los hombres (1) – que el Secreto de María sería una comprensión más profunda de la Esclavitud Marial, según fue definida por San Luis de Montfort en el Tratado de la Verdadera Devoción; que la esencia de ese Secreto es que María Santísima sería verdaderamente la ‘vida de nuestra vida’; que la situación mística del Esclavo de María-Apóstol de los Últimos tiempos es, a imitación del Niño Dios, la del niño en gestación en el seno de su Madre: Allí, en el seno de la Virgen, Ella “los sustentará con su existencia y los alimentará con sus virtudes”. Profundicemos, pues, en este último aspecto, siempre de la mano de Mons. João.

La propia vida interna de la Santísima Trinidad

Dice Monseñor, en un texto pleno de riqueza, que “por el vínculo de esclavitud con su Divino Hijo, Nuestra Señora se tornó el canal por el cual la esencia de la vida trinitaria, mutua esclavitud de amor, es comunicada a los hombres. ¡De ese modo queda patente que los auges de grandeza se revelan por auges de esclavitud!” Detengámonos en esta verdadera mina de oro.

Primero, Mons. João muestra aquí que la esclavitud mariana hunde sus raíces en el propio misterio trinitario, y que el vínculo entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es una maravillosa relación-esclava, de esclavitud de afecto y de delicioso conocimiento mutuo. Ya él había recalcado, en nota anterior lo vimos, que el propio Verbo encarnado, al ‘salir’ de la Trinidad y venir a esta Tierra, se había hecho esclavo de María Santísima en su seno, y que así se constituía en ejemplo (causa-ejemplar) de todos los hijos y esclavos de esta gran Señora. Ahora Mons. João avanza un paso y nos dice que, a semejanza de las Personas de la Santísima Trinidad, si el Hijo se hizo esclavo de la Madre, también la Madre se hizo esclava del Hijo, y que en esta relación de esclavitud el Hijo le comunica a la Madre “la esencia de la vida trinitaria”, es por tanto una comunicación vital divina.

Virgen REina 2

Pero que esa relación entre Madre-divinizada e Hijo-Divino es abierta a todos aquellos que quieran integrarse en ella, es decir, a todos aquellos que quieran ser esclavos de la Virgen, algo así como que la configuración de una nueva trinidad, minor (Hijo encarnado – Madre de Dios – esclavo de la Madre), a semejanza de la Trinidad maior (Padre – Hijo – Espíritu Santo), pero donde sigue comunicándose la vida divina. Y que esta esclavitud es, por tanto, fuente de grandeza, la grandeza de quien posee la vida divina. Maravilloso.

La grandeza de la Mediación Universal de María

Sería esta nueva trinidad minor, ubicada’ de forma mística en el seno de Nuestra Señora, en donde Ella ejercería la administración de las gracias de Cristo, de la cual Ella es poseedora y dispensadora, lo que constituye la Mediación Universal de María Reina:

María Santísima es el sagrario de la sabiduría de Dios y la celeste administradora de sus bienes. Ella mantiene su corazón siempre abierto a los que con recta intención, desean entrar en él a fin de extraer sus insondables perfecciones y obtener fuerzas”.

Esa vida divina que viene a través de la relación de esclavitud con la Virgen y a través de ella con su Divino Hijo, se manifiesta particularmente en la comunicación de los dones del Espíritu Santo, que serán el fundamento de la era marial: “Gracias al influjo sobrenatural proveniente de la Mediación Universal de la Virgen, el Espíritu Consolador protagonizará esa era venidera [el Reino de María]. En María, por María y con María, la Tercera Persona guiará los pasos de los hombres, a fin de manifestarse en la asombrosa multiplicidad de su gracia”.

Pero, la condición para recibir ese influjo, es ser verdaderamente esclavo; esa es una de las insistencias de Mons. João en la parte final de su obra, la de asumir la condición de esclavo con todo lo que ella implica, para alcanzar la grandeza proveniente de los dones de Espíritu Paráclito:

Saberse miserable, desear ser esclavo

– “Nuestra Señora es capaz de inclinarse sobre los más miserables, y asistir con una abundancia torrencial de afecto los que menos merecen. Por ese motivo, en el Reinado de Cristo Ella brillará como la protectora de los flacos y su figura se mostrará por un prisma sapiencial, que reúne en un ósculo sagrado dos extremos de la creación: la grandeza y la misericordia”.

Los pecadores “al recurrir con confianza a la Santísima Virgen, Ella les concederá en su conmiseración por los indigentes y desvalidos una super-abundacia de gracias mediante la cual serán transformados”.

– “Al soplo de intensas y continuas inspiraciones divinas, esos hijos pecadores deberán su arrepentimiento y su ardoroso deseo de santificarse a Aquella cuyo Corazón es un horno ardiente de caridad”.

– “Las almas flacas, pero fieles y perseverantes son blanco de la acción de María Santísima, que desea robustecerlas con el don de la fortaleza. (…) En el Reino de María vivirán ellos de la certeza irrevocable de su amor materno, así, a pesar de ser la generación más débil de la Historia, se tornarán capaces de los heroísmos de fidelidad a los cuales la Providencia los llama”.

– “Por medio de María Santísima, el Espíritu Santo hará resplandecer con fulgor renovado y admirable sus 7 dones, en una era en que la flaqueza humana será amparada por el auxilio materno de Nuestra Señora con abundancia de misericordia y perdón”.

Entonces, sentirse flaco, saberse débil, los más débiles de la Historia, conocerse pecador, indigente, desvalido, en nada merecedor: esa es la verdad, esa es la humildad, que es condición primera para acceder a los dones de Dios a través de la esclavitud marial. Al reconocerse así, hacerse esclavo de María, que es como un introducirse místicamente en su seno, para que ahí Ella nos dé su vida, como le dio la vida a su Divino Hijo. Y vivir de esta manera y sólo de esta manera.

Virgen REina 4

Concluye Mons. João su obra, diciendo que para llegar al conocimiento y amor de Nuestra Señora, también él se sirvió de una “sacrosanta escala de Jacob”, compuesta de escalones que ciertamente son los reflejos de María en la Creación, pues si el universo es el reflejo de Dios, el mayor reflejo dentro de este reflejo son las almas virtuosas; estas son los mejores espejos de la grandeza de Jesús y de María.

Dentro de estos escalones, Mons. João quiso destacar al Dr. Plinio Corrêa de Oliveira y a su madre doña Lucilia Corrêa de Oliveira, que se constituyeron para él en “instrumentos escogidos por la Providencia a fin de hacerle descubrir la grandeza de María”.

Pidamos pues finalmente a Nuestra Señora, que nos haga subir por la escala de Jacob a su conocimiento y a su amor. Que nos dé la noción perfecta y acabada de nuestra miseria y de su grandeza y misericordia, misericordia manifestada en la posibilidad de la maravillosa esclavitud marial.

Que Ella nos haga perfectos esclavos suyos, por siempre y hasta el Reino de María y la Eternidad.

Por Carlos Castro

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(1) Mons. João Scognamiglio Clá Días, EP. Maria Santíssima! O Paraíso de Deus revelado aos homens. Tomo III – Maria, eixo da História. Arautos do Evangelio. Sao Paulo. 2020. Todas las citas son tomadas de esta obra. Las traducciones son propias.

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