Es “tragedia de proporciones épicas”, asegura Mons. Fisher, quien es obispo desde enero.
Redacción (26/08/2021 16:32, Gaudium Press) Tal vez sea la mayor intensidad de demandas a una jurisdicción eclesiástica en los EE.UU., por el tema de abusos sexuales: 924, demandas contra la diócesis de Buffalo por casos de supuesto abuso sexual, demandas presentadas en los últimos dos años. Por lo menos es la jurisdicción con mayor demandas en el estado de Nueva York, que en total recibió la elevadísima cifra de 11.000 reclamaciones.
A esta realidad el obispo, Mons. Michael Fisher, la ha calificado una “tragedia de proporciones épicas”.
Estas demandas son de casos antiguos, que se han podido presentar bajo la “Ley de Víctimas de la Infancia”, que permitió hasta el 14 de agosto pasado, presentar demandas civiles por abusos que ya habían legalmente prescrito.
“Es de suma importancia tratar con franqueza las obligaciones de la Iglesia con los supervivientes y trabajar para reparar el enorme daño que se ha hecho no sólo a la reputación de la Iglesia aquí en el oeste de Nueva York, sino sobre todo a las vidas de los afectados”, dijo Mons. Fisher en carta del 21 de agosto. El prelado Fisher es obispo de Buffalo desde el pasado mes de enero.
La diócesis ya se había declarado en bancarrota en febrero del año pasado
La diócesis se declaró en bancarrota en febrero de 2020, cuando ya enfrentaba cientos de demandas a raíz de esa ley de víctimas.
En la comunicación, el Obispo dijo que se buscará atender a los supervivientes de esos abusos, al tiempo “que los fondos dedicados de la Iglesia se destinen al propósito para el que están previstos: sostener la labor de evangelización y el ministerio en todo el oeste de Nueva York”.
La destinación de los dineros de la diócesis será definida por un Tribunal Federal de Quiebras con previa participación de los supervivientes.
Afirmó Mons. Fisher que era una “parte esencial de (su) ministerio” reunirse con cualquier persona que haya sido perjudicada.
“El bienestar y la curación de aquellos que han experimentado el mal del abuso en cualquier etapa de sus vidas son, con razón, la preocupación de todos nosotros», dijo Mons. Fisher en su declaración del 21 de agosto, y concluyó “No son meras palabras, sino un mandato derivado del propio Evangelio de Jesucristo”.
Con información de CNA e Infocatolica
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