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De tanto en cuanto salen noticias sobre la ‘profunda’ espiritualidad del cantante.
Redacción (21/10/2021 10:52, Gaudium Press) La vida de Justin Drew Bieber, – sí, el cantante – a pesar de su celebridad y aupada también por esta, no deja de ser un cliché.
Famoso desde muy joven, ha roto todos los récords de la publicidad, a la espera de que otra celebridad del momento los rompa a su vez.
Es claro, hacen parte del cliché los escándalos.
Sus repetidas incursiones y salidas del mundo de las drogas desde los 13 años: marihuana, setas alucinógenas, ‘molly’, hasta jarabe para la tos con codeína ha ‘degustado’… Sus escándalos, algunos agresivos y sus amoríos (estos últimos al parecer en deceso, pues está casado desde el 2019) están también a la altura del cliché. Y un largo etc. Pero a pesar de esa montaña rusa de éxitos y fracasos personales, él ha declarado varias veces que sigue buscando con ansias a Dios y que su relación con Dios está en la esencia de su vida.
Con convicciones cristianas que a pesar de su carrera parece haber mantenido, declaró en tiempos idos que no iba a la iglesia, pero que rezaba y hablaba con Dios.
Y ahí sigue…
Pero al parecer ahora está más consciente de que la oración es trascendental en la vida de un cristiano. Hace gala en tiempos recientes de que reza con sus colaboradores, dice que se encomienda más a Dios.
Hace unos meses declaró que se sumergió “en la fe después de llegar a un punto muy bajo en mi vida. No estoy tratando de ganarme el amor de Dios haciendo cosas buenas. Dios ya me ha amado por lo que soy antes de hacer cualquier cosa para ganarme o merecer su amor. Soy un seguidor de Jesús y solo quiero ser guiado por él. Cuando aceptas a Jesús, él dice que caminas con el Espíritu Santo. Entonces, creo que solo quiero ser guiado por el Espíritu Santo”.
Es verdad que ninguna oración, ninguna, queda sin ser atendida. No es que Dios o la Virgen siempre dé lo que pedimos en la oración, pero si no da lo pedido, siempre otorga favores, para el bien de la persona.
Si la persona se entrega a Dios y pone verdaderamente su confianza en él, Dios atiende, ayuda.
Pero la verdad es la verdad, y esta nos dice que la vida no es de rosas, sino también de espinas el camino, y más cuando se tiene un ‘pasado’.
La vida nos enseña que el camino de la virtud es duro, es de paciencia, es de perseverancia, es de oración, es de gracia. Que la fuente privilegiada de la gracia son los sacramentos creados por Jesús y administrados por la Iglesia Católica, sacramentos que nos abren a la vida de la gracia, nos dan la gracia eucarística, la gracia del combate, nos restaura la gracia con el perdón de Dios, nos da al Autor de la gracia en la comunión.
Que sí, lo importante es no desfallecer, perseverar en la lucha, y también en la confianza en Dios, pero también es cierto que si se contase en el camino de la salvación con una clara devoción a la Virgen Bendita, medianera universal de todas las gracias, el camino sería mucho más fácil.
En fin, sí existen historias exitosas de conversión en la pléyade de estos personajes. Historias donde juega un papel relevante, la devoción a María Santísima. Y donde comúnmente entienden que para que la conversión sea firme y perseverante, deben abandonar el mundo de fama en el que viven.
Por Carlos Castro
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