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Gaudium Press reproduce una “entrevista” exclusiva, con el tal vez mejor pedagogo de todos los tiempos.
Redacción (31/01/2022 12:05, Gaudium Press) De baja estatura física, menudo y elegante, penetrante, de rostro afable y decidido, cautiva a todos con su forma de ser sencilla y sincera. Con él, los jóvenes (y también los adultos) aprenden mucho y sienten el deseo de hacer el bien. ¿Por qué? (Hoy se le está recordando en toda la Iglesia)
Gaudium Press – Todo el mundo sabe que tiene una gran experiencia en el campo de la educación. En definitiva, podría enseñarnos mucho. Queríamos saber sobre su metodología en el trato con la juventud. Si nos permite, en primer lugar, ¿nos gustaría saber qué papel jugó la juventud en su vida?
– La juventud ha sido siempre el tierno objeto de mi trabajo, de mis estudios y de mi ministerio sacerdotal.
Gaudium Press – Para quien es maestro y formador, en nuestro tercer milenio, ¿qué le diría si él también quisiera evangelizar a los jóvenes?
– En primer lugar, si queremos ser amigos del verdadero bien de nuestros alumnos y llevarlos al cumplimiento de sus deberes, es fundamental que nunca olvide que representas a los padres de esta querida juventud.
Gaudium Press – Representamos a los padres… Pero estamos hablando de los jóvenes de hoy. Conforman una juventud que muchas veces se rebela cuando se le contradice o se le corrige. ¿Está de acuerdo en que en determinados momentos es necesario utilizar métodos más duros para corregirlos?
– Es más fácil estar enojado que ser paciente, amenazar a un niño que persuadirlo. Incluso diría que es más conveniente, para nuestra impaciencia y nuestro orgullo, castigar a los que resisten que corregirlos, aguantándolos con firmeza.
Gaudium Press – Pero, ¿qué puede dificultar una corrección más dura para la pedagogía?
– Es muy difícil, al castigar, mantener esa calma necesaria para despejar cualquier duda de que actuamos para demostrar nuestra autoridad o para desahogar nuestro propio mal genio.
Gaudium Press – Es cierto, pero entonces, ¿qué consejo nos da para tratar a los jóvenes con más delicadeza, incluso en esos momentos en los que estamos tentados a dejarnos llevar por impulsos de ira?
– Consideremos como hijos nuestros a aquellos sobre los que ejercemos cierto poder.
Gaudium Press – ¿Cómo podemos hacer esto?
– Pongámonos a su servicio, como Jesús, que vino a obedecer y no a mandar; avergoncémonos de todo lo que pueda darnos la apariencia de dominadores; y si algún dominio tenemos sobre ellos, es para servirles mejor.
Gaudium Press – Ahora nos ha hablado de Nuestro Señor Jesucristo, entonces, ¿podría mostrarnos esta actitud en Él?
— Así procedió Jesús con sus apóstoles; los toleró en su ignorancia y rudeza, e incluso en su infidelidad. Era tal el cariño y la familiaridad con que trataba a los pecadores que en unos provocaba asombro, en otros escándalo, pero en muchos infundía la esperanza de recibir el perdón de Dios. Por eso nos mandó que aprendiéramos de él a ser mansos y humildes de corazón.
Gaudium Press – Volviendo a los jóvenes, ¿cómo debemos actuar?
– Ya que son nuestros hijos, evitemos toda ira cuando debamos corregir sus faltas, o al menos moderarla de manera que parezca completamente controlada.
Gaudium Press – ¿Podría ser más específico?
— Sin agitación de ánimo, sin desprecio en los ojos, sin insultos en los labios; entonces seréis verdaderos padres y obtendréis una verdadera corrección.
Gaudium Press – Sí, pero usted, como pedagogo y como formador, sabe que hay momentos en los que es realmente difícil contener las palabras. ¿Qué consejo nos da para ser lo suficientemente fuertes como para dominar nuestro idioma?
– En ciertos momentos muy graves, es mejor una recomendación a Dios, un acto de humildad ante él, que una tormenta de palabras que sólo dañan a quienes las escuchan y no benefician a quienes las merecen.
Gaudium Press – Realmente es un método muy especial para tratar a la juventud. ¿Dónde basó su creación de este sistema?
– La práctica de este sistema se basa enteramente en las palabras de San Pablo: La caridad es bondadosa y paciente; todo lo sufre, espera todo y soporta cualquier inconveniente.
Gaudium Press – Muchas gracias por la entrevista, y… ¡Ah! Disculpe, olvidé presentarle a nuestros lectores… Ahora será mejor que se presente…
– Soy italiano, viví en Turín. Mi nombre es Giovanni. Pero como sacerdote, soy más conocido como Padre Bosco. Mis hijos de la Congregación religiosa que fundé, los Salesianos, prefieren llamarme Don Bosco.
Por Emílio Portugal Coutinho
(Basado en cartas escritas por San Juan Bosco: Epistolario, Turín 1959, 4, 201-203)
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