jueves, 28 de noviembre de 2024
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Nuevo obispo de Hong Kong: “No soy diplomático; ningún obispo lo es”

En su primera entrevista con la revista del PIME “Mondo e Missione”, Mons. Stephen Chow Sau-yan habla sobre los desafíos de su ministerio en una ciudad que lucha contra la represión cada vez más dura de Beijing.

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Redacción (10/02/2022 10:53, Gaudium Press) El obispo Stephen Chow Sau-yan, SJ, fue consagrado obispo de Hong Kong el 4 de diciembre de 2021 en la Catedral de la Inmaculada Concepción. Reemplazó a Mons. Michael Yeung Ming-cheung, quien falleció en 2019.

La misión del jesuita de 62 años es particularmente dura en la actualidad dadas las profundas divisiones causadas por el control cada vez más estricto de Beijing sobre Hong Kong, con arrestos y otras formas de represión contra las libertades democráticas en nombre de la “seguridad nacional”.

Me parece inaceptable que se ignore, pisotee o deseche la dignidad humana. Dios nos dio dignidad cuando nos creó a su imagen y semejanza. Por lo tanto, es universal porque proviene del amor de Dios”, subrayó el nuevo obispo de Hong Kong.

Su obligación no es con la opinión sino con Dios

No estoy obligado por la opinión pública; de lo contrario, no sería libre para discernir la voluntad de Dios y disfrutar de la libertad interior”, dijo. “El mío es un acto de equilibrio y lo encuentro estimulante. No soy diplomático; ningún obispo lo es. Por supuesto, a veces tenemos que ser diplomáticos, pero mi principal preocupación es discernir la voluntad de Dios”.

En la entrevista, la educación y el compromiso con los derechos humanos cobraron protagonismo, como lo han hecho en el camino humano del prelado desde que él era joven.

Me convertí en miembro de Amnistía Internacional antes de 1989”, señaló, “aunque ahora ya no participo. Los incidentes de 1989 (el movimiento de la Plaza de Tiananmen y su violenta represión) me afectaron mucho. Me pusieron en contacto con mi identidad como chino. Mi historia personal y la del pueblo de China están unidas por ese evento”.

El obispo Chow se educó en Irlanda y Estados Unidos. “Durante los muchos años que pasé en el extranjero aprendí la importancia de la cultura. En Harvard, en particular, entendí cómo impacta nuestras vidas. Es por eso que ahora le doy gran importancia a lo que creamos”.

La cultura”, señala, “puede ser subversiva”. Efectivamente, “existe la idea de que la realidad no es un hecho, sino que está construida, que construimos juntos. Los educadores, en particular, son ‘co-constructores’ con los jóvenes. La Iglesia también debe ser así, trabajando con las nuevas generaciones para construir juntos el futuro”.

Los desafíos a partir de la Ley de Seguridad Nacional

Cuando se le preguntó sobre las dificultades y los desafíos que enfrenta la educación de los jóvenes en Hong Kong luego de la introducción de la Ley de Seguridad Nacional, el 1 de julio de 2020, el obispo Chow dijo: “Estamos en una fase diferente. Debemos tener cuidado de no meter en problemas a nuestros hijos, estudiantes y escuelas. Nuestra tarea principal es proteger a los estudiantes. Como educadores esperamos que puedan desarrollar un pensamiento independiente, no solo dentro de un esquema preestablecido. Esperamos que puedan tener más perspectivas, para que puedan apreciar las diferencias y aceptar la realidad”.

De hecho, “Necesitamos entender qué es legal y qué no lo es. Es nuestro deber ayudarlos a comprender la situación y al mismo tiempo ayudarlos a pensar. Algunas personas en la academia no están equilibradas de manera uniforme. O son rígidamente conservadores o neuróticamente liberales. Tales extremos no son saludables”.

Lamentablemente, “muchos maestros experimentados han emigrado”. En la actualidad, “No es fácil contratar maestros y directores. También se han ido varios profesionales, como trabajadores sociales y psicólogos. Esta es otra realidad que tenemos que enfrentar”.

El nuevo obispo de Hong Kong tiene algunas cosas que decir a los jóvenes desencantados con la situación política actual. “Me gustaría decir: ‘Sé como una jirafa con los pies en la tierra y una visión del futuro’. Pero no puedes tener todos los pies en la tierra a la vez. Cuando una jirafa se mueve, uno está en el aire. Se necesita una visión. Debemos entender el presente y el contexto. No mires a las paredes, mira al futuro”.

Es más, “me gustaría decirles a los jóvenes que imaginen el tipo de Iglesia que quieren, el tipo de mundo que desean, cómo debería ser nuestro Hong Kong; y compartir su visión con los demás, no solo escuchar a los que piensan como ellos, porque eso significa terminar en los mismos callejones sin salida. Debemos escuchar a diferentes personas, incluso a aquellas con las que no nos llevamos bien. Solo así será posible tener más perspectivas”.

Por último, con respecto a la salida de los extranjeros de Hong Kong, le preocupa el futuro y la incertidumbre, que sienten los mismos misioneros. Según el obispo Chow, “Hong Kong debe seguir siendo una ciudad internacional. No es posible deshacerse de los expatriados”.

Como religiosos y religiosas, debemos aprender a trabajar con el gobierno y encontrar el mayor margen de maniobra posible. Esto no significa que ya no podamos ser críticos. Estamos aquí como profetas, pero con la humildad del diálogo. Realmente creo que los misioneros tienen un lugar en la Iglesia de Hong Kong. Apreciamos su papel y lo que han hecho, y haremos todo lo posible para mantenerlos aquí”, concluyó.

(Con información de Asianews.it)

Compilado por Raju Hasmukh

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