Un hombre que le enseñó al mundo a honrar a Jesús Sacramentado. Inspirador de los Congresos Eucarísticos. Fundador.
Redacción (02/08/2022 09:36, Gaudium Press) Hoy, entre otros santos, la Iglesia conmemora hoy a San Pedro Julián Eymard, apóstol de la eucaristía.
San Pedro nace más bien recientemente, el 4 de febrero de 1811, La Mure d’Isére, cerca de Grenoble. Su familia eran sus padres y una media hermana. Otros hijos de ese hogar habían fallecido de niños y otro había muerto en los ejércitos napoleónicos.
En la parroquia donde asistía a misa, existía la piadosa costumbre de bendición con el Santísimo después de la eucaristía, por lo que tuvo ese contacto con Jesús Hostia desde tierna edad.
Hizo la primera comunión a los doce años, y ese mismo día sintió un llamado al sacerdocio. Pero su padre se opuso.
Siguió pues el chico colaborando con el papá en un negocio de aceite de nueces; sin embargo, y en secreto, se puso a aprender latín. Cuando tenía 16 años continuó estos estudios pero de forma oficial, primero en La Mure y luego en Grenoble.
Pero en Grenoble supo de la muerte de su madre. Fue entonces a los pies de una una imagen de Nuestra Señora y le dijo: “Por favor, a partir de ahora, sed mi única Madre. Pero antes de todo, os pido la gracia de llegar un día a ser sacerdote”. Su amor a la Virgen fue aumentando durante toda su vida.
A los 18 años logra con dificultad convencer al padre de que le permita entrar al noviciado de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada.
Pide no morir para ser sacerdote
Cuando ya creía estar encaminado en la senda de su vocación, una grave enfermedad lo lleva al lecho de enfermo en su casa, un lecho que fue casi de muerte. Sin embargo, cuando le es llevado el viático, él le pide al Santísimo Sacramento que le restituya la salud para poder ser sacerdote y celebrar por lo menos una Misa. Se curó, entró en el Seminario Mayor de Grenoble y fue ordenado el 20 de julio de 1834.
Su meta ya como sacerdote era la de santificar “sus ovejas”, siguiendo métodos del Santo Cura de Ars del que era muy amigo. Pero él quería no ser sacerdote secular sino religioso. Y entonces entró al noviciado de los Padres Maristas, que lo enviaron luego como director espiritual del Colegio Maris de Belley. Ocupó después otros cargos dentro de esa comunidad.
Posteriormente fue enviado a Lyon, donde era director de la Orden Tercera de María.
Pero un día, llevando la custodia con el Santísimo en una procesión en 1845, sintió una gracia especial. Y luego, en 1851, rezando ante imagen de la Virgen escuchó con claridad la voz de Ella en el fondo del alma que le decía la necesidad de que hubiese una congregación religiosa destinada a honrar especialmente la Sagrada Eucaristía. Nacían así los Sacramentinos.
El superior de los maristas lo dispensó de sus votos religiosos, pero luego sometió el asunto al Arzobispo de París que terminó entusiasmándose con la idea de la fundación.
En 1863 Pío IX le enviaba un breve aprobando el nuevo instituto.
El desarrollo de la obra vio dificultades de todo orden: enfermedades, calumnias, incomprensiones, uno de sus primeros discípulos pidió dispensa de los votos para fundar otra comunidad. Pero poco a poco las casas de esta comunidad se fueron sucediendo, con la característica propia de la exposición del Santísimo Sacramento, perpetua.
San Pedro Julián Eymard es el inspirador de los congresos eucarísticos.
Fue canonizado por Juan XXIII en 1962.
Con información de Arautos.org
Deje su Comentario