Abogado analiza declaraciones de Mons. Paglia sobre las ‘partes buenas’ de ley abortista

El presidente de la Pontificia Academia para la Vida dijo que la ley abortista 194 era “pilar” de la sociedad italiana.

Foto: Jon Tyson en Unplash

Redacción (09/09/2022 09:50, Gaudium Press) En el muy visitado blog de Marco Tosatti, apareció en estos días una interesante comunicación que le dirige Giovanni Formicola, en la que analiza las recientes declaraciones de Mons. Vincenzo Paglia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida, cuando afirmó en Rai 3 que la ley abortista 194 era un “pilar” de la sociedad.  El Obispo también dijo que había elementos buenos de esa ley, como cierto apoyo a la maternidad, que no se habían desarrollado.

Analizando dichas declaraciones, Giovanni Formicola, recuerda primero que esa “ley perversa”, fue la que introdujo “un verdadero ‘derecho al aborto’ en nuestro ordenamiento” italiano. Y expresa a continuación que las aludidas ‘partes buenas’ de la ley 194 son sólo “hojas de higuera para cubrir la vergüenza de la abominación propia”.

Es maquillaje, hojas de parra para cubrir vergüenzas

Sustenta que las supradichas ‘partes buenas’ de esa ley de matanza de inocentes son solo cosméticas, constantando que después de más de 40 años de promulgada, y después de diversos gobiernos y mayorías parlamentarias, esas “‘partes buenas’ no se han implementado”, y eso “es sólo porque no hay nada que implementar: son ajenas al sentido de las normas que la ley prevé, son solo una hoja de parra, que permite a las ‘almas bellas’, en las que los buenos se han transformado, mirarla sin vergüenza, de hecho, incluso con un poco de admiración”.

Afirma Formicola que, apoyados en esa ley, los abortistas sí consideran el aborto un valor, un “pilar” de la sociedad italiana, y que todo lo que pueda contrariar ese “pilar”, como por ejemplo propuestas de informar con una ecografía a las madres que quieran abortar quien es su hijo, o de enterrar a estos niños asesinados como humanos, los llena de cólera e indignación.

“Para los abortistas, el aborto es un “valor”, es uno de los pilares de una sociedad construida sobre el antiprincipio de la liberación total del ego y sus deseos, y por tanto, también, de la separación del placer sexual de su natural efectos benéficos y procreativos: con anticonceptivos, con abortos, con actos contra natura. Y por tanto no se toca el aborto”, dice el abogado.

Expresa Formicola que justamente temiendo la indignación de los abortistas, “quien debería estar en primera línea para ‘tocarlo’ [ndr. Atacar el aborto] teme su agresión babosa y calla, se autocensura, dialoga y se hace un ‘alma hermosa’ en busca de un plan aceptable (creen) para todos”.

Concluye el abogado diciendo que el centro de la cuestión en estos asuntos “no son los malos”, “sino la naturaleza compromisoria de las ‘almas bellas’”, que “buscan el bien donde no lo hay, e impiden afirmar este bien tal cual es”.