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Se trata del proyecto Grado Musical que la fundación Educatio Servanda lleva adelante en algunos colegios.
Foto contextual – Gaudiumpressimages.com
Redacción (22/09/2022 13:02, Gaudium Press) ReligiónEnLibertad publica en su edición de ayer la muy interesante nota ¿Niños interpretando a Mozart… para Dios? El pionero programa escolar que aúna fe, belleza y música. Trata sobre un proyecto musical-espiritual que la fundación Educatio Servanda está desarrollando en algunos colegios en España.
ReligiónEnLibertad estuvo en el centro de Alcorcón y pudo constatar y reportar los beneficios del proyecto, en el que alumnos desde los cursos infantiles dan sus primeros pasos con los instrumentos. Estos chicos, que se inscriben en el programa Grado Musical, en determinado momento de su aprendizaje pueden ofrecer conciertos.
Pero no se quiere “emular un conservatorio”, o “formar músicos de élite”, ni que el peso del instrumento “esclavice al alumno”, explican los coordinadores. Lo que se busca es “que todos los que cursen el Grado Musical se enriquezcan y puedan cursar un programa riguroso y exigente pero que a la vez se adapte a la situación y realidad de cada alumno y no al revés”. Sería algo a la manera de “un conservatorio amable”, aseguran.
Entre tanto, es un programa muy serio, justamente porque se quiere llegar a la realidad personal de cada chico: “No es solo poner a un niño a tocar el violín, el chelo o la tuba, sino desarrollar un programa totalmente personalizado y dirigido a niños desde los tres años, con todo lo que implica”: El programa tiene una coordinación, examinadores, evaluación de asignaturas musicales, etc., y trabaja en asociación con prestigiosas entidades de enseñanza de música extranjeras, como la Associated Board of the Royal Schools of Music.
El programa Grado Musical consta de cuatro asignaturas: Clase individual de instrumento, Lenguaje Musical, Educación Vocal y Auditiva, y Orquesta. Esta clases se imparten en horarios no lectivos, al mediodía.
¿Qué beneficios aporta a los chicos este Programa, además de los específicamente musicales? Hay “una inquietud por parte de los niños hacia cuestiones culturales que antes no existía y una elevación del nivel y las aspiraciones” de los alumnos, responden los coordinadores.
A través de la música, a la belleza, y de la belleza a Dios
“Conforme se conoce los secretos de la música y [se] comprende que a través de ella se transmiten emociones, sentimientos, ideas e incluso estados espirituales de la sociedad en cada momento, el alumno valora aún más la belleza y riqueza que hay detrás del arte”, expresa José María Carrera de Figüeras, director del Centro de Estudios Musicales, que trabaja ese proyecto.
De hecho, sí es posible por esta vía “acercar más a los niños a la belleza”, afirma Carrera de Figüeras, por lo que este aprendizaje de la música adquiere una “vocación espiritual”. Pero esta vocación espiritual se quiere hacer más explícita cuando el director del Centro explica que “uno de nuestros objetivos es poder contribuir a la interpretación de la música sacra y al embellecimiento de la liturgia, poner nuestra música al servicio de Dios”.
Este verdadero ejercicio de adoración tiene también su repercusión en el estudiante musical, pues “permite educarle también en su contemplación como persona única, querida y amada por Dios”, explica Carrera de Figüeras. “Cada alumno tiene sus circunstancias, pero queremos que la música sea una herramienta más para que esos chicos puedan crecer, se sientan valorados y únicos. Los profesores saben que los colegios ponen mucho énfasis en eso, en que tienen en sus manos a un hijo de Dios, y eso es un tesoro increíble que llevamos también al aspecto musical”, concluye.
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