La ceremonia de funerales de Benedicto XVI, sobria, se desarrolló como estaba previsto.
Redacción (05/01/2023 08:02, Gaudium Press) La ceremonia de funerales de Benedicto XVI, sobria, se desarrolló como estaba previsto. Ya 200.000 personas habían pasado delante del cuerpo inerte y expresivo de Benedicto para rendirle tributo.
En la homilía, el Papa Francisco auguró a “Benedicto, fiel amigo del Esposo, que tu gozo sea perfecto al oír definitivamente y para siempre tu voz”.
Las peticiones en la misa, en cinco lenguas, la primera en alemán, por el Papa fallecido.
Antes de iniciar su camino final a la sepultura, Francisco va y toca el féretro, en una oración por Benedicto.
Al termino de la ceremonia en la Plaza de San Pedro, completamente llena y más, los fieles gritan Santo Súbito. Luego el traslado, solemne, bajo una salva de aplausos, del féretro a las Grutas Vaticanas, rumbo a la tumba que fue de Juan Pablo II antes de que sus restos fueran llevados a la capilla San Sebastián en la Basílica de San Pedro. Pero primero un callejón solemne de Cardenales al interior de la Basílica de San Pedro, mientras que el ataúd era acompañado por Mons. Ganswein y la ‘familia’ del Papa muerto.
En el féretro de ciprés habían sido colocados el palio de Benedicto, recordando su autoridad metropolitana; las monedas y medallas acuñadas en su pontificado, y el Rogito, texto que que recordaba los principales hechos de su vida, desde su nacimiento hasta la expiración. Ese texto iba en un cilindro de metal.
Presentes estaban el presidente Matarella y la premier italiana Meloni, el ex presidente Draghi, entre otras personalidades.
Además de las delegaciones oficiales de Italia y Alemania – a cuya cabeza se encontraba el presidente Steinmeier, estaban Felipe de Bélgica, la Reina Sofía de España, otras dos casas reinantes, los presidentes de Lituania, Polonia, Portugal, el capitán regente de San Marino.
Benedicto ya está pues en su tumba. Pero un legado tan rico como el que dejó, está dando y dará mucho de que hablar. (SCM)
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