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“Nunca vi a Benedicto XVI, como Papa o como cardenal, mirando su reloj para ver cuándo terminaba la reunión”, señaló el purpurado brasileño.
Redacción (12/01/2023 16:36, Gaudium Press) En 2007, cuando Benedicto XVI visitó Brasil en el primer viaje intercontinental de su Pontificado, para la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Aparecida que tuvo lugar entre el 9 y el 14 de mayo de ese año, el anfitrión fue Mons. Raymundo Damasceno Assis, arzobispo emérito de Aparecida.
Ahora, al despedir en Roma a Benedicto, los recuerdos vienen fáciles a la mente del purpurado brasileño. “Quien convivió más de cerca con el Papa Benedicto XVI, percibía en él a hombre muy competente y muy sabio desde el punto de vista teológico, pastoral. Siempre muy dispuesto a escuchar. Como él mismo dijo cuando asumió la Congregación para la Doctrina de la Fe: ‘Estoy aquí para escuchar a la Iglesia, estoy aquí para escuchar a mis asesores, estoy aquí para escuchar la palabra de Dios’”.
El Cardenal Damasceno dice que recuerda no sólo al Papa Emérito Benedicto XVI, sino también al Cardenal Joseph Ratzinger: “Estábamos impresionados, porque Ratzinger siempre aclaraba todo, explicaba, respondía preguntas, escuchaba”.
Los problemas que le planteaban eran respondidos con mucha paciencia, tranquilidad y sin prisas. “Nunca he visto a Benedicto XVI, como Papa o como cardenal, mirando el reloj para ver cuándo terminaba la reunión”, subrayó.
Brasil: el primer viaje intercontinental de Benedicto XVI
Uno de los encuentros más relevantes entre Ratzinger y el Cardenal Damasceno se dio en esa Conferencia de Aparecida: “acogido en la Conferencia con gran cariño por los peregrinos y participantes, Benedicto XVI dejó un importante legado al pueblo brasileño”. Fue durante este viaje que Benedicto XVI canonizó a San Antonio de Sant’Ana Galvão, el primer santo nacido en Brasil.
“El Papa Benedicto XVI siempre estuvo dispuesto a escuchar, a oír, y así fue en Aparecida”.
Benedicto XVI en la Fazenda da Esperança (Foto: Archivo)
El Cardenal Damasceno recordó también la visita del Papa alemán a la Fazenda da Esperança, donde se rehabilitan personas dependientes y destacó la imagen de él abrazando a los niños del lugar recorrió el mundo.
Rememoró también el rosario rezado en Aparecida, en vísperas de la apertura de la V Conferencia; de la celebración eucarística del 13 de mayo, y del emotivo discurso que pronunció en la apertura del Congreso, en el subsuelo del santuario.
“Un discurso que realmente dio sentido a la reflexión de la V Conferencia, que resultó, evidentemente, en el trabajo de los obispos en la redacción del ‘Documento de Aparecida’, que el Papa Francisco tomó como base para la elaboración de su Encíclica Evangelii Gaudium”, recordó Dom Raymundo Damasceno.
Reconocimiento y gratitud
El Cardenal Damasceno dice que con el fallecimiento de Ratzinger vio partir a un amigo, un hermano y un padre, en quien, en todas las etapas y cargos desempeñados en los que pudo acompañarlo, vio siempre la figura de un hombre organizado, disciplinado, trabajador, simple, humilde y bondadoso. Habló de su afecto por Benedicto XVI, de su admiración por sus pasos como maestro, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y luego Papa, y de su deber moral de asistir al funeral de quien visitó su archidiócesis en 2007 y estuvo con él en tantas ocasiones.
“Asistí, participé en los funerales y vi una gran expresión del afecto de los cardenales por Benedicto XVI. Una expresión de pesar, de solidaridad, pero al mismo tiempo, también de reconocimiento y agradecimiento a Dios por lo que su Pontificado ha representado para la Iglesia en todo el mundo”.
El Cardenal dejó claro que, si bien para muchos la muerte del Papa emérito puede parecer ‘el fin de una era’, él “mantiene viva la expectativa de que será solo el comienzo de una intensa evangelización basada en los frutos de Benedicto XVI.”
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