La muestra fotográfica blasfema de Mendoza y los medios ideologizados

Dos pesos y dos medidas, de medios ellos sí, parciales, con agenda ideológica y fanatizados preferentemente en contra del cristianismo.

Redacción (22/03/2023 16:51, Gaudium Press) No son pocos los ‘artistas’ hoy, que entre infinidad de temas que podrían escoger para sus obras –sean bellas o definitivamente horrendas como se puede apreciar regadas en los lugares públicos de nuestras ciudades por un poder público benévolo– escogen como temáticas el insulto y la blasfemia contra la fe cristiana.

Fue el caso de la muestra fotográfica expuesta en el Rectorado de la Universidad de Cuyo, que entre otras perlas mostraba un crucificado con el rostro de burro y el cuerpo de una mujer desnuda, y a una ‘Virgen’ representada en un órgano púdico femenino.

Las reacciones y críticas en contra de esa manifestación ‘artística’ se repitieron, como la de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa Mendoza (ACDE) , que manifestó “nuestro dolor, malestar, perplejidad y rechazo a la muestra ‘#8M Manifiestos Visuales’ por ser una expresión ofensiva a los sentimientos religiosos de nuestros socios, de gran parte de la comunidad universitaria y de los ciudadanos de la Provincia de Mendoza. En la misma se exhiben obras que constituyen una ofensa al cristianismo”.

Estas ofensas al sentimiento religioso y de insultos abiertos, encubiertos de expresión artística, normalmente encuentran la acogida benévola en los grandes medios de comunicación, que resaltan justificativas como la ‘libertad de expresión’, la ‘apertura a la cultura’ o expresiones similares.

Pero cuando algunos hacen lo que ocurrió con esas fotografías, como fue su destrucción el pasado lunes 20 de marzo, esos mismos medios que se mostraban tan equilibrados dejan de serlo, para calificar a estos –como lo hace Perfil.com – de “fanáticos religiosos”, destructores de arte, que deben ser individualizados, y por qué no, procesados.

Para completar el cuadro estos mismos medios dibujan trazos benévolos de los ‘inocentes expositores’, que no querían ofender a la Iglesia y a los creyentes, que no son intolerantes sino tolerantes, abiertos al debate, para contraponerlos justamente a los “fanáticos”, a los ‘intolerantes’, a los cerrados, a los obtusos atacantes, a los estos sí vulneradores del arte y del pensamiento.

Dos pesos y dos medidas, de medios ellos sí, parciales, con agenda ideológica y fanatizados preferentemente en contra del cristianismo, porque si los hechos hubieran ocurrido con símbolos de fe como la islámica, es hasta posible que estos mismos medios hubieran encontrado comprensible la reacción. (SCM)