Mons. Walter Guillén Soto, Obispo de la Diócesis de Gracias, Honduras, reconoció un nuevo milagro eucarístico ocurrido hace un año, en una capilla rural del municipio de San Juan: un corporal con manchas de sangre.
Redacción (24/07/2023 09:09, Gaudium Press) Como no hay sacerdote en la región, José Elmer Benítez Machado, Ministro Extraordinario de la Eucaristía, acudió a la capilla dedicada a Santiago Apóstol de la comunidad de El Espinal, en la tarde del día 9 de junio de 2022 – fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote – donde se celebraría la Liturgia de la Palabra y distribuiría a los fieles las hostias previamente consagradas por un sacerdote de la diócesis.
Al abrir el Tabernáculo, Elmer vio que el corporal que envolvía el copón de madera y tenía grandes manchas similares a la sangre humana.
“Quedé impresionado”, dijo Elmer a EWTN Noticias. “Mi primera impresión fue decirme a mí mismo que era la sangre de Cristo”. Sin embargo, la ceremonia continuó y, a pesar de la emoción, se repartió la Eucaristía con normalidad.
Antes de concluir el servicio, Elmer preguntó a la congregación si alguien había visto fugas de agua, filtraciones en la iglesia o si alguien había entrado antes. Ante la negativa de la asamblea, relató lo que había visto. Los fieles presentes le pidieron entonces que les mostrara el corporal con las manchas de sangre.
Al día siguiente, los padres Marvin Sotelo y Oscar Rodríguez, Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús, del municipio de San Juan de Intibucá, acudieron a la comunidad de El Espinal para verificar lo sucedido. El padre Sotelo colocó el corporal en una bolsa de plástico bien cerrada, lo guardó en su casa parroquial y se lo entregó al obispo dos días después.
Mons. Walter Guillén Soto se mostró al principio muy escéptico. Decidió mantener la tela en su capilla personal hasta que decidiera qué hacer. “La lógica nos hace ser prudentes en cuanto a creer las cosas sin filtrarlas y sin analizarlas”, explicó.
Informes científicos
Tres meses después, el obispo finalmente envió el cuerpo para pruebas científicas en el centro toxicológico DISA Test en Tegucigalpa. Inicialmente se descartó la posibilidad de que las manchas fueran resina de madera o sangre animal. Procedimientos posteriores revelaron que se trataba de sangre humana del grupo AB con factor RH positivo. Un grupo bastante raro que también se encontró en el milagro Eucarístico de Lanciano (Italia) así como en la Sábana Santa de Turín (Italia). Según el sitio web World Population Review, en Honduras menos del 2,5% de la población tiene este tipo de sangre. Los expertos también descartaron que el patrón de la mancha de sangre pudiera haber sido creado artificialmente.
El Dr. Héctor Díaz del Valle también se mostró sorprendido porque la tela “tuvo contacto con aire, humedad, a la que se hicieron pruebas presuntivas y no tuvo un secado correcto”, y sin embargo hasta la fecha “no presenta deterioros u hongos”.
Tras culminar las investigaciones, el obispo de Gracias confirmó que se trataba de un hecho sorprendente cuya credibilidad no dudaba. “Hay que pensar que Dios busca los extremos para llamarnos al equilibrio de la sensatez y de la verdad. Me parece que este es un signo extremo de Dios que se vuelve a manifestar, como lo ha hecho en las Sagradas Escrituras, en la historia de la salvación, por aquellos sencillos a quienes María alaba por su pequeñez”, sostuvo el Obispo, quien también dijo que “para mí y para el clero de la diócesis ha sido un llamado a la conversión”.
A pedido del Nuncio Apostólico en Honduras, Monseñor Gábor Pintér, se recopilaron evidencias científicas y declaraciones notariales y se enviaron al Vaticano para una mayor investigación.
Con información de Aciprensa.
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