Menú 
El número de acusaciones de abuso contra funcionarios de la Iglesia ha disminuido otra vez, de acuerdo con un nuevo informe de la Conferencia de Obispos de Estados Unidos.
Redacción (28/07/2023 15:20, Gaudium Press) El número de acusaciones de abuso contra funcionarios de la Iglesia ha disminuido otra vez, de acuerdo con un nuevo informe de la Conferencia de Obispos de Estados Unidos, con números alentadores que subrayan lo que los obispos dicen, de una necesidad de reforma y justicia.
El Informe de julio de 2023 sobre la Implementación del Estatuto para la Protección de Niños y Jóvenes, expedido por el Secretariado para la Protección de la Niñez y la Juventud de la Conferencia de Obispos Católicos de los EE.UU. (USCCB), reveló los resultados de la auditoría del año 2021-2022, cuyo informe afirma que las estadísticas son indicativas de “cambios culturales en nuestra Iglesia”.
Una auditoría de varias docenas de Diócesis en todo el país, llevada a cabo por Stonebridge Business Partners, encontró “2.704 acusaciones… reportadas por 1.998 víctimas de abuso de sexual de niños por el clero a lo largo de 194 Diócesis y eparquías que aportaron información.”
Esas cifras están cayendo de 4.440 acusaciones en 2019, 4.250 en 2020 y 3.103 en 2021, y continúan en su cuarto año de tendencia al descenso de quejas de abuso dirigidas contra el clero.
Un poco más de la mitad de los clérigos acusados en el estudio habían fallecido, afirma el informe, y otros renunciaron o fueron removidos del ministerio activo; un pequeño número estaban ocupados en sus obligaciones ministeriales.
Aunque las acusaciones de abuso continúan cayendo año tras año, Stonebridge informó que numerosas Diócesis se quedan cortas en el manejo de los programas ordenados para tener un entorno seguro.
Entre esas deficiencias estaban la “disfunción” en procedimientos de revisión, falta de promulgación de procedimientos de información, falta de planes para “monitorear la localización o actividades del clero removido del ministerio activo”, y falta de asegurarse de que los individuos fueron sometidos a verificaciones de sus antecedentes antes de entrar en contacto con menores.
Sin embargo, el informe afirma que la disminución de acusaciones de abuso “son indicativas de los cambios culturales en nuestra Iglesia”, y que la tendencia en comparación con el año pasado, “es alentadora, mientras el número menor de acusaciones actual dentro de la Iglesia en los Estados Unidos permanece bajo.”
Más aún, “los cambios que están sucediendo dentro de la Iglesia Católica son alentadores, pero no son la única solución”, declara el informe, haciendo notar que el “error en la vigilancia lleva a errores que podrían afectar a más niños.”
Oficina para la Protección de la Niñez y la Juventud
La Oficina para la Protección de la Niñez y la Juventud de la USCCB fue instituida después de la promulgación hecha por los Obispos en 2002 del Estatuto para la Protección de Niños y Jóvenes. Esa medida tiene la intención de servir como “un conjunto de procedimientos amplios… para encarar acusaciones de abuso sexual de menores por el clero católico”.
El Estatuto también incluye “orientaciones para la reconciliación, sanación, responsabilidad y prevención de futuros actos de abuso.”
A comienzos de este año, el Papa Francisco declaró permanentes las normas y reglamentaciones de Vos Estis Lux Mundi (“Ustedes son la luz del mundo”), el motu proprio de 2019 que ordenó nuevas orientaciones para encarar el abuso sexual en la Iglesia, y asegurarse de la responsabilidad de los obispos y del clero que comete esos actos.
Al hacer el decreto permanente, Francisco también añadió varias actualizaciones a dicha medida, incluyendo una solicitud para que las Diócesis garanticen el libre acceso a una oficina u organización que reciba informes de abuso, así como nuevos requisitos para ciertos líderes de la Iglesia y laicos.
El Presidente de la USCCB, el Arzobispo Timothy Broglio, dijo en el informe de este año que el Estatuto 2002 constituye “el fundamento para la protección, sanación y acompañamiento de nuestros niños y jóvenes.”
“Es un valor esencial, una responsabilidad y una obligación, que la Iglesia permanezca vigilante”, afirmó Broglio. “También es importante que aprendamos de nuestros errores y experiencias.”
“Debemos adaptarnos tanto cuanto sea necesario, para asegurarnos de que las necesidades de nuestras hermanas y hermanos que han sido lastimados estén siendo tratados con competencia, compasión y coherencia”, añadió. (Raju Hasmukh con informaciones de CNA).
Deje su Comentario