domingo, 24 de noviembre de 2024
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La Poesía en la Biblia: Sepa cómo y dónde encontrarla

En suma, la Biblia es el libro más antiguo y más estudiado de todos los tiempos. Sin embargo, con el pasar de los milenios, no deja de encantar a todos aquellos que se dejan maravillar y buscan con avidez la mismísima Palabra de Dios.

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Foto: Timothy Eberly en Unplash

Redacción (14/08/2023, Gaudium Press) Para muchos de nosotros, leer la Biblia es una tarea un tanto ardua, costosa y hasta árida.

En parte porque carecemos de la formación adecuada, en parte porque elegimos traducciones difíciles de leer, y en parte porque, más de una vez, nos ha faltado una guía para descubrir los tesoros escondidos en la Sagrada Escritura.

Pero, lejos de extendernos en lamentaciones que no vienen al caso, ni en reproches acentuando en notas oscuras la dejadez negligente de nuestros prójimos, nos parece un poco más constructivo alentar al lector e inspirarlo a admirar las maravillas escondidas de los textos Sagrados.

Poesía bíblica… ¿pero por dónde empezar?

Como decíamos en otros artículos, la Biblia se destaca por formas fundamentales de expresión poética, omnipresentes a lo largo de toda la extensión de los milenares manuscritos.

Leer también: Los Libros Sapienciales, una buena lectura para todas las edades

A comenzar por los Salmos

Los Salmos, por ejemplo, no son una suerte de relleno que encontramos entre las dos lecturas principales de los domingos, tantas veces maltratados por algún lector voluntario que ha olvidado sus lentes o que parece evidenciar que, en sus lejanos años colegiales, ha faltado a más de una clase de lectura.

En realidad, los salmos reflejan las altísimas cumbres de la poesía lírica del pueblo hebreo, cuyo exponente áureo es el Rey David, autor directo de más de cuarenta de ellos. Los salmos son, en verdad, 150 piezas poéticas compuestas para ser interpretadas musicalmente o recitadas en las liturgias del Templo de Jerusalén.

En ese sentido, el pueblo de Israel, cultivó la poesía desde época muy temprana.

De la mano de los Autores Sacros, rastros de poemas primitivos, que se pierden en la noche de los tiempos, pasaron a integrar los Libros sagrados, insertados dentro de numerosos relatos en prosa de carácter más reciente. Alternando prosa y verso, los Autores enriquecían sus narraciones y encantaban al lector o al oyente con un descanso poético. En la Biblia, son muchos lo géneros de poesía accesibles al lector.

Poesía épica

Así, no es de sorprender que incluso la poesía épica haga su aparición en repetidas ocasiones.

Ya en el Génesis, por ejemplo, el oscuro canto de venganza de Lamec, emplea en su grito insolente, un canto propio de las tribus nómadas del desierto. (Gn 4, 23-24)

El pueblo Israelita, ya en tiempos mejores, emplea la poesía épica en el canto de liberación de Ex 25. 1-18 y otro de conquista en Nm. 21, 27-30. Y el profeta Habacuc también la emplea para cantar y glorificar las gestas divinas en su Canto de confianza: Ha 3. 2-19

Poesía Lírica

Con un amplio desarrollo en el Cantar de los Cantares, está también presente, por ejemplo en el canto del pozo de Nm 21, 17-18, cuando Dios apacigua la sed del pueblo electo después del episodio de la serpiente de bronce.

Poesía Sapiencial

Presente en los libros de Job, Proverbios, Eclesiástico, Eclesiastés y Sabiduría, la poesía Sapiencial nos enseña cómo vivir bien siguiendo la Ley y amando a Dios a través de caminos rectos. Y también está presente, por ejemplo, en el Salmo 1: “¡Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los impíos, sino que se complace en la ley del Señor y la medita de día y de noche!…”

Poesía Oracional

La poesía Oracional, a su vez, constituye el núcleo de los Salmos, utilizados ampliamente en la liturgia del antiguo Templo, donde se reúnen oraciones de súplica, de alabanza, y hasta de imprecaciones contra los enemigos del Pueblo Elegido, al par de bellísimas consideraciones sobre el sobre la Ley divina.

Poesía Oracular

Curiosamente, este tipo de poesía fue muy utilizada por los Profetas, que la usaban para dar belleza y fuerza a sus mensajes, tanto de bendición cuanto de maldición. La podemos encontrar, por ejemplo en los poemas del cántico de la Viña en Isaías 5, 1-7 y en el episodio de la enfermedad y curación del rey Ezequías, Isaías 38, 10-20.

Poesía Elegíaca

La elegía, es un canto de exaltación de elevados personajes entonada, por ejemplo, en los momentos de la muerte, donde se cantan sus hechos y gestas. Es el caso, entre muchos otros, del cántico de David ante la muerte de Saúl y Jonatán, en la apertura del segundo libro de Samuel: “Amados y amables eran Saúl y Jonatán: ni la vida ni la muerte pudieron separarlos. Más ligeros eran que las águilas, tenían más fuerza que los leones…”

En resumen, podemos ver cómo el fino arte poético, al volcarse en las Sagradas Escrituras, eleva el corazón a Dios y hace partícipes a los oyentes de los profundos sentimientos de los protagonistas y de los hechos que viven.

¿Y el Nuevo Testamento?

Pues la poesía no ha abandonado al nuevo Testamento, donde la encontramos, principalmente, en el Evangelio de San Lucas, esto es en el Benedictus (Lc 1, 68-79), en el Nunc Dimittis (Lc 2, 29-32), y el propio Magnificat (Lc 2, 46-54). En los tres episodios verificamos momentos excelsos donde Zacarías, el viejo Simeón y luego la mismísima Madre de Dios, María Santísima, entonan cánticos plenos de la más mística poesía, cuyo auge quizás sea el propio Magníficat:

Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí; ¡Santo es su nombre! Su misericordia es de generación en generación sobre aquellos que le temen. Ha hecho proezas con su brazo; ha dispersado a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Ha derribado a los poderosos de sus tronos y ha exaltado a los humildes. A los hambrientos ha colmado de bienes y a los ricos ha despedido vacíos. Ha socorrido a Israel su siervo, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia para siempre.

En suma, la Biblia es el libro más antiguo y más estudiado de todos los tiempos. Sin embargo, con el pasar de los milenios, no deja de encantar a todos aquellos que, de una manera o de otra, se dejan maravillar y buscan con avidez la mismísima Palabra de Dios.

Por Gustavo Kralj

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