El 16 de septiembre, una estatua de San Andrés Kim Taegon fue entronizada en un nicho exterior de la Basílica de San Pedro, en Roma.
Redacción (18/09/2023 11:45, Gaudium Press) El Cardenal surcoreano Lazzaro You Heung-sik, prefecto de la Congregación para el Clero, bendijo la entronización de una imagen de San Andrés Kim Taegon, primer sacerdote católico coreano, en un nicho exterior de la Basílica de San Pedro. La estatua, hecha en mármol y de una altura de 3,8 m. fue esculpida por un artista coreano. Su colocación coincide con el 177º aniversario del martirio de San Andrés Kim, muerto el 16 de septiembre de 1846, con 25 años. Una delegación coreana se reunió con el Papa en esta ocasión.
Una estatua de San Andrés Kim Taegon, el primer sacerdote católico coreano, martirizado en 1846 y canonizado en 1984, fue entronizada en un nicho exterior de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Su colocación coincide con el 177 aniversario del martirio de dicho santo, y se da, asimismo, con motivo de los 60 años de relaciones diplomáticas entre el Vaticano y Corea del Sur.
El escultor coreano Han Jin-sub hizo la estatua de San Andrés Kim en mármol, de 3,8 m. de alto, portando el gat, un sombrero tradicional coreano para hombres, y el dopo o hanbok, o vestido tradicional coreano, usado durante la dinastía Joseon de 1392 a 1910.
El cardenal coreano Lazzaro You Heung-sik, prefecto de la Congregación para el Clero, bendijo la colocación de la estatua y celebró la Eucaristía en presencia de una delegación de la iglesia coreana. Mons. Mathias Ri Long-hoon, presidente de la conferencia de Obispos de Corea, estuvo presente, así como el Cardenal Andrés Yeom Soo-jung, Arzobispo emérito de Seúl. Kang Seung-kyoo, enviado especial del Presidente surcoreano Yoon Suk-yeol, igualmente asistió a la misa y a la ceremonia de entronización.
El Cardenal You tomó la palabra, animando al mundo entero y particularmente a los jóvenes, a seguir a San Andrés Kim como modelo. “Espero y oro para que los jóvenes en todo el mundo tomen como ejemplo la vida del sacerdote Kim Taegon, quien no perdió la esperanza y conservó el ánimo delante de las dificultades, aunque hubiese vivido una corta vida de 25 años”, recalcó durante la misa.
Encuentro de una delegación surcoreana con el Papa
Varias horas antes de la entronización de la estatua, el Papa Francisco se reunió en el Vaticano con 300 miembros de una delegación coreana. En una carta dirigida a los católicos coreanos en el día del aniversario del martirio de San Andrés Kim, el Santo Padre hizo un llamado a imitar el celo del primer sacerdote coreano, quien “nos invitó a descubrir la vocación confiada a la Iglesia coreana y a todos vosotros: estáis llamados a tener una fe joven, una fe ardiente que, animada por el amor a Dios y al prójimo, se convierte en un don.”
“Con el testimonio del martirio, la Iglesia coreana nos recuerda que no podemos seguir a Jesús sin abrazar su cruz, y no podemos decirnos cristianos sin estar listos para seguir la vida del amor hasta el fin”, añadió el Papa Francisco.
Convertidos del budismo
Andrés Kim Taegon (1821-1846) nació de padres budistas. Él y su familia se convirtieron al catolicismo y fueron bautizados por el Padre Pierre Maubant, MEP. En esa época, el cristianismo estaba prohibido por los dirigentes de la dinastía Joseon, quienes veían la religión cristiana como una peligrosa oposición al confusionismo. Varios miles de nuevos convertidos fueron torturados y masacrados por haberse negado a renegar de su fe. El padre de Andrés Kim, Ignatius Kim, fue martirizado en 1839.
Después de su conversión, Andrés Kim se trasladó a Macao para estudiar en el seminario. Fue ordenado en 1845 por Mons. Jean-Joseph Ferréol, MEP, misionero francés y primer Obispo de Seúl. A pesar de los riesgos, regresó a Corea en 1846 para sustentar allí a los católicos puestos a prueba por las persecuciones. Mons. Ferréol le pidió enviar varias cartas a Europa por medio del Obispo de Pekín, con el fin de ayudar a los misioneros extranjeros a entrar en el país. Fue descubierto y arrestado el mismo año. Después de haber sido torturado, se le decapitó a la edad de 25 años. El Papa Juan Pablo II lo declaró santo, junto con otros 102 mártires de Corea, durante su visita a ese país en 1984. Él hace, así, parte del grupo de los 103 Mártires de Corea, llamado generalmente, “San Andrés Kim y sus compañeros mártires”. (Con informaciones de Eglises d´Asie).
Deje su Comentario