El 23 de septiembre, tres nuevos sacerdotes fueron ordenados en el Vicariato Apostólico de Phnom Penh por Mons. Olivier Schmitthaeusler, MEP, en presencia de numerosos fieles camboyanos procedentes de todo el país.
Redacción (29/09/2023 12:33, Gaudium Press) En poco más de un mes, los católicos camboyanos han recibido cuatro nuevos sacerdotes. Además, este año, tres seminaristas comenzaron sus estudios de teología en Phnom Penh después de haber estudiado filosofía en Bangkok, y al menos cinco jóvenes pidieron ingresar al propedéutico. Un joven y una joven también hicieron sus votos en el seno de la Familia Salesiana.
El 23 de septiembre, en la catedral de San Pedro y San Pablo, en la capital, Mons. Olivier Schmitthaeusler, MEP (Misiones Extranjeras de París), Vicario Apostólico de Phnom Penh, ordenó a tres nuevos sacerdotes camboyanos: los padres Jean-Baptiste Vy Samnang, Antoine Thai Ratanak Bunly y Paul Vin Kann. Casi todos los sacerdotes de la capital participaron de la ceremonia, que duró más de tres horas. Varios centenares de fieles acudieron de todo el país para asistir a la ordenación, que estuvo marcada por la cultura camboyana, especialmente en los cantos. El 19 de agosto, en Battambang, Mons. Schmitthaeusler también ordenó al primer sacerdote jesuita camboyano, Padre Damo Martin Chour.
Para el Vicario Apostólico de Phnom Penh, estos nuevos sacerdotes son dones que representan a la comunidad católica camboyana: una nueva cosecha de sacerdotes que son “signos de crecimiento y esperanza para la Iglesia camboyana”. Añadió que ellos están llamados a “seguir anunciando el Evangelio” y a consagrar su vida a Dios y a la comunidad. El obispo también recordó que los tres sacerdotes, ordenados el 23 de septiembre, proceden de institutos católicos locales: la escuela Don Bosco, donde estudiaron, y el seminario San Juan María Vianney, en Phnom Penh.
Esperanza para la Iglesia de Camboya
Los recién ordenados se comprometen a servir a la comunidad con dedicación: “He pasado por alegrías y dificultades, pero lo único que puedo hacer es orar a Dios y permanecer con Él, confiar en Él y ofrecerle mi vida. Hoy mi vida es servir a Cristo y servirle en la comunidad, entre los pobres y los que sufren”, afirmó el Padre Antoine Bunly, de 30 años. “Cuando pienso en el llamado de Dios, me asombra lo que experimento y le doy las gracias”, explicó el Padre Paul Vin Kann, de 31 años. Por su parte, el Padre Antoine Samnang Vy, hijo único de una familia católica, dijo sentirse llamado a unirse al sacerdocio “orando y mirando la cruz de Cristo”.
La Iglesia católica en Camboya tiene alrededor de 20.000 miembros, 14 sacerdotes nativos y un centenar de misioneros y religiosos repartidos en 80 parroquias. Los cristianos representan menos del 1% de la población, de más de 16 millones de habitantes, en su mayoría budistas, según el Pew Research Center. En la década de 1950 había en Camboya unos 120.000 católicos, la mayoría de los cuales eran de origen vietnamita, según las estadísticas eclesiales. La Iglesia camboyana fue casi destruida durante el régimen genocida de los Jemeres Rojos, bajo Pol Pot, entre 1975 y 1979. Los misioneros regresaron durante la década de 1990 y la Iglesia local pudo resurgir de las cenizas. (Con informaciones de Eglises d´Asie)
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