No se ha aguantado el presidente del episcopado alemán, Mons. Bätzing, las críticas vertidas al llamado Camino Sinodal alemán por Mons. Stanislaw Gadecki.
Redacción (28/11/2023, Gaudium Press) No se ha aguantado el presidente del episcopado alemán, Mons. Bätzing, las críticas vertidas al llamado Camino Sinodal alemán por Mons. Stanislaw Gadecki, presidente del episcopado polaco, críticas plasmadas en una carta que Mons. Gadecki envió al Papa.
Por eso ahora, en carta publicada el domingo por el diario “Rzeczpospolita” Mons. Bätzing ha dicho al prelado polaco que “enfatizas mucho tu propia catolicidad en contraposición a la supuesta contradicción con la doctrina católica que acusas a la Iglesia católica en Alemania. Sin embargo, me pregunto con qué derecho el presidente de la conferencia episcopal de una iglesia se atreve a juzgar la catolicidad de otra iglesia y su episcopado. Permíteme aclarar que considero la carta del arzobispo como una grave transgresión de su autoridad”.
Y aunque Mons. Bätzing afirme que no hay en los textos de Camino Sinodal “la intención de provocar una revolución en la Iglesia mundial” (algo por lo demás contrario a la realidad, cuando se considera sus peticiones de cambios en la moral, en el gobierno jerárquico de la Iglesia, etc.), insiste el obispo alemán que la ordenación de mujeres puede ser “objeto de investigación”; que aunque el Camino Sinodal no “cuestiona fundamentalmente la estructura jerárquica de la Iglesia”, sí debe debatirse “la organización contemporánea del liderazgo” y que son necesarios “los ajustes”.
Se escandaliza eso sí Mons. Bätzing de un supuesto desconocimiento por parte del obispo Gadecki, de algunos ‘mandamientos’ laicos contemporáneos como “la democracia parlamentaria moderna, que, además del reconocimiento de la dignidad humana y los derechos humanos, considera especialmente importantes los principios del orden constitucional, la soberanía popular, el estado de derecho, la separación de poderes, la protección de las minorías y el estado social”.
Dice Mons. Bätzing que “estos malentendidos podrían haberse resuelto fácilmente en una conversación”, e invita, al final de su carta a “buscar el diálogo sin difamación ni prejuicios”.
En días recientes se divulgó una carta del Cardenal Secretario de Estado vaticano a la secretaría de los obispos alemanes, donde ponía algunas ‘líneas rojas’ para cualquier diálogo con el episcopado de ese país, particularmente la imposibilidad de la Iglesia de ordenar mujeres, y la calificación que la Iglesia hace de los actos homosexuales.
También, preocupa, a todo nivel en la Iglesia, los pasos que va dando el episcopado alemán hacia la conformación de una Consejo Sinodal, que sería no solamente un organo consultivo sino también de gobierno, integrado no solo por obispos sino por laicos, lo que atentaría contra el carácter jerárquico de la Iglesia.
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