No hay mejor reposo que el que proviene de una conciencia tranquila.
Redacción (12/12/2023, Gaudium Press) La gloria de un buen hombre es el testimonio de una buena conciencia. Mantén pura tu conciencia y siempre tendrás alegría.
Una buena conciencia puede soportar muchas cosas y aún en la adversidad permanece alegre. Una mala conciencia siempre es temerosa e inquieta. Descansarás en paz si tu corazón no te acusa de nada.
No te regocijes hasta que hayas hecho el bien. Las personas malvadas nunca tienen verdadera alegría ni experimentan paz interior; porque “para los impíos no habrá paz”, dice el Señor (Is 57, 21).
Y si dicen: “Vivimos en paz, ningún daño nos sucederá, ¿quién se atreverá a ofendernos?” no les des crédito, porque cuando menos lo esperen, la ira de Dios se levantará contra ellos, sus obras quedarán anuladas y “sus pensamientos se desvanecerán” (Sl 145, 4).
Aquellos que tienen una conciencia pura pueden vivir fácilmente en paz y contentos. No eres más santo porque te alaban, ni más despreciable porque te censuran. Tú eres lo que eres; y lo que digan de ti no te hará más grande de lo que vales a los ojos de Dios.
El hombre ve el rostro, Dios ve el corazón; el hombre considera las acciones, Dios pesa las intenciones.
(Extraído de: TOMÁS DE KEMPIS. La imitación de Cristo. São Paulo: Cultor de Livros, 2019, p.110).
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