Sobre el valor de la belleza, vehiculada por la música, habla Mons. Marco Frisina, compositor y Director del Coro de la Diócesis de Roma.
Redacción (29/12/2023, Gaudium Press) Sobre el valor de la belleza, vehiculada por la música, habla Mons. Marco Frisina, compositor y Director del Coro de la Diócesis de Roma.
Un rayo de luz en medio de la oscuridad y un soplo de aire limpio. Para Monseñor Marco Frisina, Director del Coro de la Diócesis de Roma, este es el significado de la música y el arte que, especialmente durante las vacaciones de Navidad, están en el centro de numerosas iniciativas programadas en casi todas partes.
“Tocar o escribir música no tiene nada que ver con vanidad, exhibicionismo y éxito”, afirmó a Telepace: “La música debe hacerse con el corazón porque es un acto de amor”. Como han repetido los Papas, en particular desde el siglo XX hasta hoy, el arte eleva el espíritu y alimenta la esperanza, especialmente cuando la realidad circundante se vuelve particularmente dura.
No deja de ser extraño, apunta el prelado, que un mundo que niega en gran medida a Dios “celebre la Navidad”.
Pero ocurre que la música de esta época sorprende a todos y, según el compositor, “es como querer volver a una alegría perdida y a una infancia olvidada”. Yo, añade, “siempre estoy a favor de la música en Navidad, porque a veces el Señor también puede servirse de eso para tocar el corazón de un no creyente, de un violento, de una persona marginada social o amargada”.
El pasado 15 de diciembre Monseñor Frisina y Speranza Scappucci dirigieron, em el Aula Pablo VI, un concierto con y para los pobres.
No se trata “solo de un gesto exterior”, explica, “la solidaridad significa participar en el sufrimiento”. Todo ello compartiendo un regalo precioso, que gira en torno a la belleza. “Hacer música así – añade el maestro – significa darle a la música su verdadera finalidad”.
Con informaciones de Vatican News.
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