sábado, 23 de noviembre de 2024
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¿Quieres vencer las tentaciones?

¿Reacción “oso polar” u “oso negro”? La elección está en tus manos… Pero puede que te resulte útil leer este artículo primero.

Ursos polares

Redacción (21/03/2024, Gaudium Press) Cualquiera que camine por los bosques boreales, ya sea en Siberia, Canadá o los países nórdicos de Europa, se topará fácilmente con un animal gigantesco, muy peludo y siempre hambriento: el oso.

En las representaciones infantiles generalmente se presenta como encantador e incluso pintoresco; pero ante uno de ellos, surgen en la mente adjetivos completamente opuestos… ¡subrayados por las reacciones más primarias del instinto de conservación!

Sus estrategias de ataque, formas de vida y alimentación varían entre especies.

El oso polar es el cazador más feroz y, como los seres vivos son escasos en el Polo Norte, Dios le ha dotado de una gran “astucia”: para camuflarse de su presa en el paisaje blanco, se cubre la nariz negra con sus patas blancas. Se parece tanto a una montaña de nieve que la víctima sólo lo nota cuando ya es demasiado tarde… ¡Se distingue por ser un corredor muy ágil y un excelente nadador! De cualquier manera, si ves alguno, ¡no lo pienses dos veces antes de salir corriendo!

El oso negro, por su parte, se encuentra en un perímetro mucho más extenso. Está presente en muchas reservas naturales y bosques cercanos a lugares habitados. Aunque es carnívoro, sólo ataca a los humanos cuando se siente amenazado. Sin embargo, es un animal muy fuerte, capaz de derribar árboles y abrirse camino entre los bosques, por lo que supone un peligro para nuestra especie.

Te doy un consejo: si tienes la desgracia de encontrarte con un oso negro, no huyas inmediatamente, sino mantén la calma y míralo a los ojos un rato. Entonces quedará atónito y se marchará. Si por el contrario corres, te perseguirá y, si no te mata, como mínimo resultarás gravemente herido.

El lector debe estar pensando que todos estos datos encajarían mejor en una revista científica o en labios de un zoólogo… Pero se equivoca.

San Buenaventura dice que el Padre Eterno nos dio tres libros para nuestro aprendizaje: el libro de la Creación, el Libro Encarnado –Jesucristo– y el libro de la Historia de la salvación. En el primero podemos encontrar las dos actitudes que debemos tomar ante las tentaciones.

Tú mismo, querido lector, juzgarás los siguientes casos y dirás qué forma de proceder encaja en cada uno: reacción “oso polar” o reacción “oso negro”.

Cuando suena el despertador por la mañana y tengo unas ganas enormes de seguir durmiendo, ¿qué debo hacer: escapar de la tentación, taparme la cabeza con la manta y volver a dormir –reacción de “oso polar”; o afrontar la pereza, mirar la situación de frente y levantarme de la cama con energía –reacción de “oso negro”?

¿Cuál debe ser mi conducta en circunstancia diversa, como cuando, estando en un círculo de amigos, en el trabajo o en un restaurante, necesito expresar mi fe, ya sea a través de la señal de la cruz, la oración o una respuesta ufana a una pregunta sobre mi Religión, y tengo la tentación de evitar confesarla? ¿Debo enfrentar la vergüenza a la manera “oso negro” o tengo derecho a usar el estilo “oso polar” y dejar que la gente se burle de mi cobardía?

Sin embargo, ¿cuando miro la televisión y me encuentro con escenas que no son consistentes con la moral católica, debo enfrentar las tentaciones de pureza que se presentan con reacción a la “oso negro”, o simplemente debo huir de esta ocasión de pecado con reacción “oso polar” apagando la pantalla?

¡Esta es una de las lecciones del libro de la Creación!

El Libro Encarnado nos enseñó a velar y orar para no caer en la tentación (cf. Mt 26,41). ¿Y qué encontramos en el libro de la Historia de la salvación? Cada una de sus páginas proclama: nunca se ha oído que ningún devoto de María Santísima haya quedado desamparado.

Por tanto, en los momentos de tentaciones, juzguemos con sabiduría la mejor actitud a tomar, pidiendo al Cielo las fuerzas necesarias para sobrepasar los obstáculos, llenos de confianza de que Nuestra Señora nos ayudará, nos colocará bajo su manto, y así saldremos victoriosos de la lucha contra el mal.

(Texto extraído de Revista Arautos do Evangelho n. 261, septiembre de 2023. Por la Hna. Mary Teresa MacIsaac, EP.)

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