San Expedito, el patrono de los que quieren salir pronto del pecado

Cuántas veces vivimos situaciones que requieren soluciones urgentes, rápidas y definitivas. Tenemos a nuestro lado un soldado que intercede por nosotros ante Dios Nuestro Señor.

Redacción (19/04/2024, Gaudium Press) La iconografía católica nos muestra a San Expedito como un joven vestido según la usanza de los soldados romanos, con armadura, túnica y manto rojo. En sus manos tiene una cruz donde se puede leer la palabra latina: ‘Hodie’, que significa “hoy”.

Historia de San Expedito: Significado de Hodie y Crás

Cuenta la historia que Expedito recibió la gracia de conocer y entregarse a Jesucristo después de ser adulto, mientras servía al ejército romano en un alto puesto militar.

Tomando la decisión definitiva de convertirse a la Fe Católica, el demonio, deseando seguir en posesión de esa alma, se le apareció en forma de cuervo que gritaba “¡Crás! ¡Cras!”. Palabras que entendió: “¡mañana! ¡mañana!». Y quién sabe qué diablos quiso decir con eso: tal vez ‘¡Deja tu conversión para mañana!’

Expedito le mostró rápidamente la cruz y exclamó en voz alta: “¡Hoy!”. El maligno no pudo soportar este gesto repentino y afirmativo: la tentación se eliminó pronto; el demonio había sido vencido!

Por eso encontramos en las imágenes del Santo ese pájaro que representaba el mal siendo aplastado bajo los pies del centurión romano. Y así atiende nuestras causas nuestro intercesor, San Expedito: con prontitud y rapidez.

Patrono de las almas que quieren salir pronto de los caminos del pecado

Expedito es también el patrono de todas las almas que quieren dejar los caminos del pecado, la adicción, la discordia, la ira, la envidia, la impureza… Y que quieren dejarlos, pronto, inmediatamente.

¡No querer abandonar el mal “cras”, sino “hodie”! ¿Quieres abandonar el mal pronto! ¡Hoy! ¡Y no, como sugiere el diablo, mañana! ¿Luego?, ¿después?,… ¡nunca!

Datos como la fecha y lugar de nacimiento del Santo escapan a los historiadores, pero la persona de Expedito existió, su vida está comprobada. Probablemente era armenio y nació en la pequeña ciudad de Metilene, donde también murió mártir.

Legión fulminante

Pertenecía a una legión romana conocida como “fulminante”. Una legión cuya tarea era defender y expulsar a los bárbaros que amenazaban al Imperio Romano. Se conservaron muchos datos históricos y heroicos de los legionarios que la integraron pero, lamentablemente, poco o casi nada quedó de la memoria de sus líderes.

Se sabe, sin embargo, que, como un verdadero cristiano, el Santo Centurión Expedito, luchó con coraje, valentía y santidad a tal punto que sus hechos llamaron la atención de todos y llegaron a la consideración del emperador Diocleciano.

Este Emperador impío, instigado por personas cercanas a él, acabó desatando una sangrienta persecución contra todos los cristianos. ¡Por odio a la Fe mató a familiares, autoridades religiosas, simples laicos y hasta soldados de la legión romana que lo protegían! Santo Expedito fue martirizado en esta persecución.

Origen del nombre Expedito

Se sabe que en la Legión romana había dos categorías de soldados: los “expeditus”, que tenían más libertad de acción en cuanto a armamento y mando de soldados, y los “impeditus”, que eran más restringidos, menos activos. Puede ser que el nombre de nuestro santo provenga de su forma de ser y de las atribuciones que tuvo en la Legión: Expeditus.

Pero hay personas que le atribuyen su nombre por la personalidad valiente, la prontitud en las acciones y la fidelidad a la verdadera Fe que profesaba. Cuando sus actitudes eran las de un verdadero legionario “Expeditus”.

Siendo ciudadano romano y alto oficial del ejército romano, podemos creer que fue con una espada que se perpetró su martirio. Su alma se encontró con el Salvador el 19 de abril del año 303 de la era cristiana, cuando Diocleciano era emperador de Roma.

San Expedito, Santo de las Causas Urgentes

Cuántas veces, en nuestros días, vivimos situaciones que requieren soluciones urgentes, rápidas y definitivas. Tenemos a nuestro lado un soldado, un guerrero que intercede por nosotros ante Dios Nuestro Señor. (EPC)