viernes, 22 de noviembre de 2024
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Audiencia general papal: Humildad, puerta de entrada a todas las virtudes

Al cerrar su ciclo de catequesis sobre los vicios y las virtudes, el Papa meditó sobre la humildad este miércoles 22 de mayo durante la audiencia general en la Plaza de San Pedro.

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Foto: Vatican Media

Redacción (22/05/2024, Gaudium Press) El Papa Francisco dedicó a la humildad la vigésima y última catequesis del ciclo sobre vicios y virtudes, que comenzó en la audiencia general del 27 de diciembre. “La humildad es el gran antagonista del más mortífero de los vicios, el orgullo. Mientras que el orgullo y la arrogancia inflaman el corazón humano, haciéndonos parecer más de lo que somos, la humildad devuelve todo a su justa dimensión: somos criaturas maravillosas, pero limitadas, con cualidades y defectos”, explicó el pontífice a los fieles, recordando la etimología del adjetivo relativo a la humildad. “Humilde” proviene de “humus”, es decir, tierra. En verdad somos polvo y al polvo volveremos.

Sin embargo, en el corazón humano surgen a menudo delirios de omnipotencia, ¡lo cual es muy peligroso!”, lamenta el Papa, aconsejando meditar en los misterios que nos rodean, como un cielo estrellado, “para liberarnos del orgullo”.

Felices aquellos que mantienen en su corazón esta percepción de su propia pequeñez: están preservados de la arrogancia”, añadió Francisco, citando las bienaventuranzas. “De este sentimiento interior de pequeñez nacen la mansedumbre, la misericordia, la pureza de corazón. La humildad es la puerta de entrada a todas las virtudes”.

Desde las primeras páginas del Evangelio, la humildad y la pobreza de espíritu parecen ser la fuente de todo. “El anuncio del ángel no se produce a las puertas de Jerusalén, sino en un remoto pueblo de Galilea, […] La heroína elegida no es una pequeña reina que creció en una infancia acogedora, sino una joven desconocida: María”, recuerda el obispo de Roma, insistiendo en el ejemplo de la “pequeñez interior” de María.

En un mundo donde los hombres buscan aparecer, mostrarse superiores a los demás, María camina decididamente, sólo con la fuerza de la gracia de Dios, en dirección contraria”, destacó el Papa.

La humildad lo es todo. Es ella quien nos salva del Maligno y del peligro de convertirnos en sus cómplices. Ella es fuente de paz en el mundo y en la Iglesia”. Francisco concluyó: “Donde no hay humildad, hay guerra, hay discordia, hay división. La humildad es precisamente el camino, el camino hacia la salvación”.

Con información vatican.va

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