El sacerdote argentino es el único párroco en Gaza. Él se hallaba en Belén cuando comenzó el conflicto, y por tanto llevaba 7 meses alejado de su grey.
Redacción (27/05/2024, Gaudium Press) El sacerdote argentino Gabriel Romanelli, del Instituto del Verbo Encarnado y único párroco católico en Gaza, ha podido regresar a su parroquia. Él se hallaba en Belén cuando comenzó el conflicto, y por tanto llevaba 7 meses alejado de su grey.
Pero ahora que ha regresado, no puede dejar de reportar el dolor, entre otros, de contemplar que muchos de los que eran sus fieles están muertos.
“Muchas gracias por su apoyo durante todo este tiempo. He podido regresar a mi parroquia, la Sagrada Familia en Gaza. Es difícil describir mis sentimientos porque he sido misionero en Gaza durante casi 19 años y ahora, cuando finalmente he podido regresar, muchos de mis conocidos y fieles ya no están”, dice el sacerdote a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
Entre tanto, expresa firme su propósito de trabajar y hacer lo posible para aliviar el sufrimiento: “Quiero quedarme aquí porque esta es mi misión”, dice el misionero. “Si bien es posible que me llamen a servir en otro lugar en el futuro, estoy convencido de que, por ahora, mi deber como sacerdote y párroco es estar aquí, ofreciendo ayuda en todas las formas posibles”.
El P. Gabriel lamenta “la pérdida en la comunidad cristiana de 36 personas, 20 de las cuales murieron debido a los bombardeos del ejército israelí o a los disparos de francotiradores. Los demás sucumbieron principalmente a la falta de medicamentos. Perdimos a un niño del orfanato de la Madre Teresa. Así que sí, es doloroso, pero al mismo tiempo, sabemos que están con Dios. Están presentes en el Cielo para interceder por la paz, la justicia y el perdón de los pecados, para todos nosotros y para los que están involucrados en la guerra”.
El sacerdote agradece a a organizaciones como Ayuda a la Iglesia que Sufre y el Patriarcado Latino de Jerusalén por facilitar la entrega de una ayuda que es muy necesaria. El padre Gabriel expresa su gratitud a ACN, afirmando que “la situación en las ciudades es terrible, sin una sola estructura que no haya sufrido daños. Aquí en la parroquia, tenemos alrededor de 500 refugiados. De ellos, aproximadamente 50 personas, están bajo el cuidado de las Hermanas de la Madre Teresa, principalmente niños. Además, brindamos asistencia a miles de personas en el vecindario, ofreciendo agua, alimentos y medicinas”.
Con información de ACN Colombia
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