La Beata María Romero Meneses, era una joven, aristocrática y rica nicaragüense que renunció consciente y voluntariamente a una vida de lujos y comodidades.
Redacción (07/07/2024, Gaudium Press) La Beata María Romero Meneses, una de las bienaventuradas que la Iglesia venera hoy, era una joven, aristocrática y rica nicaragüense que renunció consciente y voluntariamente a una vida de lujos y comodidades, rodeada de aduladores e interesados, para enfrentar las arideces y los cansancios del apostolado propio de una hija de don Bosco, y que murió extenuada de sus labores apostólicas a los 75 años de edad.
Era de la ciudad de Granada en Nicaragua. Su infancia y adolescencia transcurrió seguramente en un ambiente familiar sumamente conservador pero de cara al éxito en el mundo, como sucedía con todas las distinguidas familias de Managua, León y Granada en la Nicaragua de los años 20 y 30.
Retoños de familias de hacendados y exportadores e importadores riquísimos más cerca de el Olimpo comercial que del Cielo, pero con cierto temor de Dios que creaba las condiciones para la virtud. No fue poca cosa el futuro al que la madre María Romero le volvió la espalda.
Granada queda a la orilla del gran lago de Nicaragua y es una encantadora ciudad muy antigua, incluso de las más viejas de América española, porque data de la conquista, aproximadamente hacia 1522. Fue allí donde en enero de 1.902 nació María. Muy temprano en su vida conoció la obra de la Salesianas y estudió con ellas despertándose bien pronto su vocación religiosa más dada al servicio social y la formación que a la contemplación propiamente dicha, aunque ¿Quién podría decir que la vida práctico-activa sustrae de andar en las más altas contemplaciones amorosas con Dios?
Al entrar a la secundaria casi muere por una grave enfermedad reumática, pero se curó. Se hizo Hija de Maria Auxiliadora y comenta que fue uno de los días más feliz de su vida: “Me sentía en el cielo”.
Estando en quinto de primaria hizo su voto de castidad frente al director del colegio, el P. Bottari, que también era su confesor.
Cristo le habla – Esclava de María
Estando en el Noviciado, después de una meditación del Evangelio, la maestra Sor Maria Zanatta les dice: Id al sagrario y preguntad al Señor ¿quién soy yo para Ti? y escuchó que Nuestro Señor le respondió: “Tú eres la predilecta de mi Madre y la consentida de mi Padre”, a lo que ella respondió “para ti Señor yo soy Maria Romero, tu amada”.
Es enviada a San José de Costa Rica donde hace la profesión de sus votos. Al llegar cerca de Maria Auxiliadora siempre le decía: “Aquí estoy Jesús”.
En 1935 se consagra como esclava de Jesús por las manos de MarÍa, según el método de San Luis María Grignion de Montfort. Ya no se pertenece a ella y sí a Nuestra Señora, y por eso la Madre del cielo fue todo para ella, como se palpa en su vida, regada de gracias, ayudas y milagros.
Era nicaragüense pero se santificó durante 46 años en Costa Rica. Será una santa de todo el Istmo, tan profundamente marcado por la presencia de la Iglesia, tan consentido por la Providencia dándole una aristocracia riquísima y fina, que se quedó corta al llamado para elevar la región a grandes panoramas y no alcanzó realmente a desempeñar el papel que se le encomendó a sus élites.
Reivindica con creces la beata por su ejemplar vida y su obra, una sinfonía inconclusa, pues todavía hoy siguen funcionando con pujanza la Casa de María Auxiliadora para precarios de todas las edades y la Casa Maín, dedicada a la rehabilitación de mujeres de la calle.
Nuestra Señora siempre la cuidó
La Virgen siempre la auxilió en sus necesidades evangelizadoras.
En 1967, escucha que el vecino de donde ellas vivían quería vender su casa esquinera. Sor María, sin tener dinero, le pide a su superiora permiso para comprar, pero ¿cómo? -María Auxiliadora nos conseguirá.
Habla con el dueño y concertan en el precio y les da un plazo de tres meses para el pago al contado. Ella gestiona un préstamo con un amigo del banco, pero todo indicaba que no lo aprobarían por no tener soporte económico. Hace una solicitud a nombre de María Auxiliadora como solicitante y contra toda expectativa se lo aprueban y pudo pagar y comprar la propiedad. Además acabaron pagando el préstamo antes mismo de la fecha de vencimiento porque le llegaban ayudas inesperadas, porque pedía y confiaba en Aquella que es la Reina de los ángeles y de los hombres.
En otra oportunidad apareció un Mercedes Benz frente a la casa de la Virgen y un hombre importante le invitó a subir porque un amigo estaba muy mal de salud, para que lo fuera a ver y lo salvara. Llegó le ofreció interceder delante de Dios por él si es que le ayudaba en una necesidad económica grande en que estaba: concordó el enfermo, ella rezó, le alcanzó el milagro y el favorecido le entregó un jugoso donativo que estaba necesitando con urgencia para el pago de una de sus obras. Al conocerse el hecho le felicitaban y ella decía: ¡A mí no, a la Reina!
Introdujo más de 10.000 cuadros del Sagrado Corazón y de María Auxiliadora en los hogares
Al mismo tiempo que desarrollaba una formación catequética, introducía el cuadro del Sagrado Corazón de Jesús y Maria Auxiliadora en los hogares con señoritas que le ayudaban y llegó a colocar hasta finales de 1951, 10.873 cuadros de María Auxiliadora y 11.490 del Sagrado Corazón de Jesús. ¡Qué bella labor misionera! Siempre afirmaba: dadme Señor almas y sacadme lo demás, que era una frase del propio San Juan Bosco.
Agua Milagrosa – Muchos milagros
Un día le pidió a Nuestra Señora que le hiciese milagros. Mandó escavar un pozo de donde brotó agua pura y potable, y la gente tomaba y empezaron las curas; hasta ahora los devotos toman y les hace bien. Hizo numerosos milagros, y testigos aseguran que la vieron en dos lugares a la vez, en varias ocasiones, constatando así el don llamado bilocación.
Para muchos que la conocieron de cerca (murió en julio de 1977) es una de las más nobles versiones femeninas del buen Don Bosco. El también beato Juan Pablo II, fue quien el 14 de abril de 2002 le reconoció sus primeros méritos, que la llevan hoy rumbo a los altares para que aumente en nuestra hispanoamerica el número de ejemplos y modelos a seguir, si sabemos presentárselos a las nuevas generaciones del continente del futuro.
(Tomado con adaptaciones, de los artículos La Beata María Romero Meneses, una salesiana ejemplar, hija de la aristocracia nicaragüense, y Hechos maravillosos enla Vida de la Beata Sor María Romero, publicados en Gaudium Press)
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