viernes, 22 de noviembre de 2024
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Santa Rufina y Santa Segunda, mártires, denunciadas por sus novios

Santa Rufina y Santa Segunda, firmes en la fe, tuvieron que serlo también contra la voluntad de quienes pretendían ser sus esposos.

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Foto: Wikipedia

Redacción (03/08/2023 11:11, Gaudium Press) Nuestras santas de hoy, Santa Rufina y Santa Segunda, firmes en la fe, tuvieron que serlo también contra la voluntad de sus novios. Veamos.

El cruel emperador Valeriano

Era emperador Valeriano, quien rigió Roma del 253 al 260. Proclama este emperador un edicto de persecución a los cristianos en el año 257, donde prohíbe el culto, prohíbe las reuniones entre cristianos, confisca sus propiedades -por no decir las roba- y con ello engrosa las arcas públicas. El edicto obligaba, entre otras perlas, al clero a sacrificar a los dioses paganos, es decir, no se limitaba solo a prohibir el culto a Cristo, sino que también obligaba a rendirle culto al demonio. Ese edicto fue radicalizado poco después, ordenando ejecutar a cualquier clérigo, entre otras determinaciones.

Los novios fueron cristianos traidores

En ese ambiente vivían Rufina y Segunda, que eran cristianas, así como sus novios Armentario y Verino.

Estos señores eran cristianos también, pero tibios, pues a la primera amenaza de muerte renunciaron a la fe, y obtuvieron de las autoridades un documento que constataba su apostasía.

Quisieron Armentario y Verino que sus novias también apostataran, pero ellas se mantuvieron firmes y huyeron a Etri, donde se refugiaron en una finca de recreo.

Pero hasta allá sus novios las persiguieron, las descubrieron y las denunciaron ante el gobernador Aequesilao, ante quien nuestras santas ratificaron con valentía su fidelidad al Crucificado.

Las damas mártires y santas dieron ejemplo de valentía y rectitud a dos varones que no merecían así ser llamados.

No hubo juicio. Les cortaron la cabeza un 10 de julio del año 257.

Una dama romana dio sepultura a los cuerpos de estas mártires a 10 kilómetros de Roma, en la Via Aurelia. Ella misma se convirtió al cristianismo viendo el ejemplo de estas doncellas.

Hoy hay una iglesia en Roma dedicada a estas santas en el lugar donde se cree era su casa.

Con información de Catholic.net

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