Papa en el Ángelus: cuidado con la dictadura del hacer

“Sólo si nuestro corazón no se consume en la ansiedad de hacer, recibiremos, en el silencio de la adoración, la Gracia de Dios”.

Foto: Vatican media

Redacción (03/08/2023 11:11, Gaudium Press) “Venid solos a un lugar desierto y descansad un poco”. Meditando este domingo 21 de julio el Evangelio según San Marcos, que refleja la compasión de Jesús ante la multitud que lo esperaba “como ovejas sin pastor”, el Sumo Pontífice volvió a este binomio aparentemente “irreconciliable”: descanso y compasión.

Al preocuparse por el cansancio de sus discípulos, Jesús “tal vez comprende un peligro que puede afectar también a nuestra vida y a nuestro apostolado, cuando, por ejemplo, el entusiasmo en el desempeño de la misión, así como las responsabilidades y tareas que se nos han confiado, nos tornan a nosotros víctimas del activismo, excesivamente preocupados por las cosas que hacer y sus resultados”. Francisco nos aconsejó no quedar muy agitados, a riesgo de perder de vista lo esencial y agotar nuestras energías cayendo en el cansancio del cuerpo y de la mente.

Una advertencia importante para la vida y la sociedad contemporáneas, “a menudo prisioneras de la prisa, pero también para la Iglesia y el servicio pastoral: ¡debemos estar atentos a la dictadura del hacer!”, dijo el Papa.

Este descanso propuesto por Jesús no es una evasión del mundo ni un retiro para el bienestar personal, explicó Francisco, al contrario, ante la multitud perdida, Él siente compasión. El Evangelio nos enseña, por tanto, que estas dos realidades –descanso y compasión– están unidas: “Sólo si aprendemos a descansar podremos tener compasión”.

“De hecho, es posible tener una mirada compasiva, que pueda percibir las necesidades de los demás, sólo si nuestro corazón no se consume por la ansiedad del hacer, si sabemos detenernos y, en el silencio de la adoración, recibir la gracia de Dios”.

Francisco propuso a los fieles algunas preguntas para reflexionar sobre este mes de julio: “¿Sé parar durante mi jornada? ¿Sé tomarme un momento para estar conmigo mismo y con el Señor, o siempre estoy apresurado por las tareas que tengo entre manos? ¿Sabemos encontrar un pequeño ‘desierto’ interior en medio del ruido y las actividades de cada día?”

Con información de Vatican News